Los hombres de todas las religiones creen que Dios solo los escucha a ellos. —El enano sonrió — ¡Qué desconcertado debe de estar el Señor!
Esta cita corresponde a mi lectura actual. Pronto podré reseñar este libro en su conjunto pero he querido detenerme en esta frase. La novela se ambienta a finales del siglo XV, en una España recién reconquistada que decreta la conversión, expulsión o muerte de todos los judíos.
En un momento dado, se dice esta frase. Alude a la transformación de las mezquitas en iglesias que se había llevado a cabo tras la reconquista de Granada (1492). Una reflexión con carga de profundidad, que nos hace pensar en carácter colonial que siempre tuvieron las religiones, las ideas y los credos. A falta de completar su lectura, me está pareciendo una novela muy recomendable.