Salir por la entrada. Relatos y microrrelatos

He leído un magnífico libro de relatos. Diré también, que he descubierto una autora que me ha dado la razón en la idea de que escarbar en editoriales y propuestas no mayoritarias te lleva a encontrar verdaderos hallazgos. Mónica Gómez Puerta maneja el género cuentista, la pieza breve, el relato (como prefieras) con una maestría total: domina el estilo; domina el ritmo y las historias merecen la pena. Si vas a leer una colección de relatos, yo te invito a leer esta, porque te vas a quedar totalmente complacido.


Salir por la entrada. Nueve relatos y cinco microrrelatos que ofrecen una reflexión acerca de vidas ajenas, de las que extraeremos enseñanzas que siempre serán para la propia.

Como dirían mis mayores, una lectura de provecho.

A falta de mejor idea, lo reseñaré como acostumbro. Una breve anotación argumental de cada relato para que tú, que lees esta reseña, tengas una idea de conjunto de los temas y significados que busca esta obra y que, si encajan en el raíl de tu interés, puedas rodar con ellos.

El esquema

Prólogo

El libro da la bienvenida con un prólogo exquisito. Alexis López Vidal, nos regala un texto, —en su justa medida encomiástico con la autora—, en el que defiende el cuento, el relato, la literatura en frasco pequeño, como un género de extraordinaria dificultad. Reivindica además —y no puedo más que coincidir— el buen relato, ese que cabe en una selección de relatos justificado por su calidad, sin tener que girar obligatoriamente alrededor del mismo tema que el resto de piezas que acompaña ese florilegio. Por tanto, el prologuista nos pone en la pista de la lectura que viene a continuación, diversa, bien resuelta y atrapante.

RELATOS

Invitados improbables.

Dos personas coinciden en una boda. Ambos ignoran por qué les han invitado. Ninguno de los dos conoce a ninguno de los celebrantes. ¿Qué hacen allí? Un relato extraordinario (¡basado en hechos reales!) sobre el impacto de nuestras acciones en las vidas de los demás y lo mucho bueno que puede suceder solo porque decidimos hacer un pequeño gesto, una buena acción, algo amable.

Este relato me ha parecido excelente.

Suerte

Microrrelato original y excelente. En veinte líneas cuenta una historia con planteamiento, nudo y desenlace… y si hilas fino, atisbarás que la historia te cuenta muchísimo más de lo que cabe en esas líneas. Lo que a veces llamamos suerte, no es más que la vida. Cuidado con lo que deseas.

649

El absurdo de la guerra. El sinsentido para el combatiente, la camaradería de los desafortunados… la humanidad en el escenario más inhumano. La fina línea que separa la épica del absurdo. Un relato con un final sorpresivo, de nuevo inspirada en hechos reales y muy bien escrita.

La duquesa de dudosa procedencia.

Otra historia, de nuevo sorprendente. Como dice la cubierta posterior de la edición, historia que merecía ser contada. Los ingredientes son una bailarina húngara, Birioska, que emigra a Francia, una duquesa que nadie cree tal, un amor prohibido, un duque que ha muerto, una mujer viuda… y una joven escritora en ciernes cuya obra nos transcribe la historia de Birioska.

La vida indirecta.

Otro microrrelato muy bien aprovechado. Compacto. Una vida ausente, tardía. Otra, pasiva, cobarde, falta de iniciativa. Mala yunta hacen.

Salir por la entrada.

¿Son las personas una mercancía a la que poner precio? ¿Cuál es la verdad de aquellas cosas que tenemos idealizadas? ¿Qué elegir cuando tenemos que optar entre dignidad y necesidad? El relato que da título al libro, es una telaraña de reflexión en la que sin darte cuenta te ves atrapado. La autora definitivamente sabe crear un hilo del que el lector quiere tirar.

La nevera

Microrrelato distópico. Los seres humanos viven asediados por las alimañas y parecen haber dejado de ser el cenit de la cadena trófica.

En el nombre

Un precioso relato sobre la soledad y el reencuentro. El reencuentro más importante, el que se hace con uno mismo, mirando la propia trayectoria y el propio ser con franqueza, y tras esa franqueza, misericordia. Un relato que llena de esperanza y que no cualquiera puede escribir, porque para escribirlo debes tener mucho material humano dentro, no solo técnicas narrativas.

Dos finales….

Otro relato excelente. Tenemos un protagonista narrador: futbolista de banquillo, en horas bajas espera su oportunidad. Se debate con angustia entre el éxito y el fracaso. Llega otro fichaje al banquillo, se trata de Thovetz. Rival, extranjero y diferente. La némesis perfecta. Ambos, comparten el papel de segundón con patéticos reflejos paulovianos. Hasta que un compañero, titular, se lesiona y entre los dos se postulan —compiten— para sustituirlo. Entonces el relato nos cuenta qué pasa si el elegido es uno y qué pasa si el elegido es otro. Este azar definiendo la vida de los personajes me ha recordado mucho a Paul Auster. El contraste de contextos entre los dos tipos de final, es evidente: éxito y fracaso. Sin embargo, en ambos subyace una historia fuera de pista, de implicaciones morales y humanistas en la que veremos que podemos elegir lo correcto, sea cual sea el contexto.

Octavio y la muerte

Octavio y la muerte. Otra de esas historias que deben encontrar cabida en nuestra vida acelerada, porque reflexionan sobre aspectos profundos en los que la vorágine no nos deja detenernos. Este es un relato miliciano, más interesado en lo humano que en lo bélico y con dos reflexiones enormes: no existe la propia muerte, porque mientras vives no existe y cuando existe, tú ya no estás. La única muerte real es la de los demás. Cuando la propia muerte —o simplemente la dificultad—, nos da alcance, lo importante es sincerarnos con lo que somos, nunca negarlo para esquivarla.

Consecuencias del abandono.

El hecho de escribir. El pulso que libra el autor literario con las exigencias pecuniarias. Los personajes, para el autor, tienen identidad, están vivos como seres reales. Y como seres reales, reaccionan mal al abandono. La literatura es una amante celosa.

Qué pocas líneas necesita Mónica Gómez para contar tanto.

El lutier.

Una bonita historia. Un niño en circunstancias extremadamente difíciles encuentra en su vocación una razón de vida. Una reflexión no menor, sobre el capital humano que corremos el riesgo de estar desperdiciando en esos niños que llegan de otros lugares, de otras realidades y de otras —tal vez ninguna— oportunidades.

Significado cambiante.

Magnífico microrrelato. No en vano, finalista del XI Premio de Microrrelatos Manuel J. Peláez. Un emocionante ejemplo de los procesos de metanoia que experimentamos con el paso de los años.

El concionador

Un hombre con un mensaje diferente. Un hombre a la contra de su mundo. Y el mundo no trata bien a quien vive de manera distinta, por auténtica y plena que esta sea. El mundo moderno, laico, henchido de progreso y “libertades”, también tiene sus dogmas y no permite que nadie ose contrariarlo.

El estilo

Nunca había leído antes a Mónica Gómez Puerta. Saluda al lector con una cita de Farenheit 451, lo cual ya plantea cierta simbiosis con mis preferencias lectoras.

Se puede decir, más allá de mi subjetividad: maneja perfectamente el género del cuento, relato breve, microrrelato… el género breve.

Una entrada siempre contundente. El lector dentro de la historia a la primera de cambio. Frases sin prisa, pero siempre cargadas de significado, aprovechando cada centímetro de papel como si se tratase de uno de esos minipisos tokiotas donde cada palmo cuenta. Pero —y aquí viene mi rasgo preferido—, hacer todo eso sin hacer lacónico el texto, es magisterio de género. Un texto eficaz, pero bien escrito. Porque lo que debe ser conciso no tiene que ser obligatoriamente pedestre y ramplón. Gómez Puerta escribe con voluntad estética.

Para mí, uno de los hallazgos del año. Una escritora de sutilísimas maneras, perfectamente cómoda en el relato, donde no parece una novelista enjaulada en una angostura impuesta sino una autora segura de sus historias y de su manera de contarlas.

Suerte que tengo otro libro suyo en la mesilla. Pensaba intercalar otro escritor/a como una especie de interbellum pero me rindo en armas y me pongo con él de inmediato. El listón está muy alto, pero confío en lo que he encontrado.

Yo creo que he encontrado una escritora genial. Ignoro cómo se moverá en el género de la novela, pero en este compás breve, brilla. Lo suyo, tras leer esta colección de relatos y microrrelatos no es “Salir por la entrada”, sino más bien, salir por la Puerta grande.

Ojalá sean muchos más.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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