El estado de la unión. Un matrimonio en diez partes.

El estado de la unión. Un matrimonio de en diez partes.
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Reseña de El estado de la unión. Un matrimonio en diez partes. Escrito por Nick Hornby. Editorial Anagrama. Colección Panorama de Narrativas. Traducción de Jaime Zulaika. Extensión: 145 páginas. El libro fue publicado por el autor en 2019, pero esta edición y su traducción son de 2023. Una de las novedades editoriales más interesantes del año, que nos llega de la mano de Anagrama en su colección Panorama de Narrativas. A mí me ha dejado muy buen sabor de boca y me ha descubierto un autor que maneja muy bien los registros narrativos y que me hace querer buscar más textos suyos.

El estado de la unión. Un matrimonio en diez partes.

El estado de la unión. Un matrimonio en diez partes. De qué trata

Trata acerca de Tom y Louise. Los conocemos en una cafetería. Cada semana, acuden a una sesión de terapia de pareja. Llevan quince años casados y tienen dos hijos, pero un desliz los ha llevado hasta este pub donde cada semana aguardan los diez minutos anteriores a su charla terapéutica.

En apariencia es simple. Pero sólo en apariencia. Por la cafetería van pasando otras parejas que vienen del mismo sitio al que van ellos. Ahí observan a los demás y a sí mismos. Al mundo.

El libro, por medio de sus diálogos, se va construyendo. Hablan sobre su vida de pareja, su historia, sus decepciones y expectativas, el amor, el sexo, hasta la política… Todos los conflictos de pareja se leen en clave de humor pero con altas dosis de humor. Lo más serio, abordado de la manera más irónica, pero con un trasfondo muy trascendente. Hornby lo borda.

Y hay tensión narrativa: ¿qué va a pasar con la pareja? ¿Saldrán del bache? ¿Pondrán fin a lo suyo?

Una arquitectura narrativa perceptible

El texto, como digo, tiene un esquema muy sencillo. Está dividido en diez capítulos para sendas sesiones de terapia. El periodo narrativo abarca los diez minutos que preceden cada reunión con el terapeuta. Diez, diez y diez. Un tema en cada capítulo. Los diálogos como vehículo. Casi es una obra teatral en diez actos. Se lee a velocidad de vértigo.

El estado de la unión. Un matrimonio de en diez partes.

Cada capítulo, además, tiene una estructura interna que se repite. Siempre empiezan con uno de los dos —el que haya llegado antes—, pidiendo la bebida en el pub que hay frente al consultorio de parejas. Después tienen una conversación en la que te van mostrando —no contando— qué pasó en la anterior sesión de terapia y terminan saliendo para la ronda inminente con la terapeuta.

Sencillez estructural, eficacia total.

Trascendente. Con fondo

Sin embargo, esa simplicidad no significa aquí escasez. Para nada. El libro es muy rico en temas, análisis, ideas y reflexiones.

Trasfondo sin aburrir. Esto algunas veces pasa en la literatura.

El primer capítulo ya nos mete en la historia. Averiguamos las bases del problema de la pareja protagonista y empezamos a leer la personalidad de ambos personajes.

Esta primera parte nos pregunta: ¿una relación de pareja es una carrera al esprint o una maratón? En caso ambivalente, ¿cuál pesa más?

Hacia el segundo capítulo empiezo a valorar a Hornby. Nunca había leído nada suyo. Constantemente repite el esquema: Tom y Louise departiendo antes de la sesión de terapia de pareja. A través del diálogo, van contando al lector, como quien no quiere la cosa, la historia que ocupa esta novela. El grado de naturalidad que alcanzan los diálogos, — sin acudir a la vulgaridad para lograrlo—, nos hace sentir a los lectores casi como un voyeur que está espiando las conversaciones íntimas de esa pareja.

El grado de naturalidad que alcanzan los diálogos, — sin acudir a la vulgaridad para lograrlo—, nos hace sentir a los lectores casi como un voyeur que está espiando las conversaciones íntimas de esa pareja.

El autor tiene un manejo de los diálogos realmente excelente. De hecho, sin esa cualidad, este libro no sólo no sería lo que es, sino que probablemente no sería. El talento de Hornby para la construcción de diálogos es la única explicación que encuentro para que quepa tanta trascendencia en un libro tan breve, y que además sea divertido y casi liviano.

El texto tiene una frescura que sale de la página. Los personajes se enzarzan en discusiones acerca de la infidelidad, el sexo, el Brexit, el divorcio, las oportunidades… Y todos los temas aparecen de manera orgánica, sin notarse forzados en ningún momento. Nadie te hace el comentario tópico de que los matrimonios de cierto recorrido discuten por cualquier nadería. Simplemente los ves enzarzarse, de manera orgánica y tan poco forzada que te tienes que reír.

Hornby consigue dar fondo sin quitar amenidad. Esto lo hacen muy pocos, y así de bien, menos incluso. El autor nos imparte un clinic sobre la técnica tan cacareada en la narratología del “mostrar, no contar“.

La riqueza de temas es estupenda. La crisis de la mediana edad, el sentido de la vida, entrar dócilmente en la dulce noche… Constantemente se impulsa el relato, avanza la historia, tiene trasfondo y casi en ningún momento utiliza ninguna herramienta narrativa que no sea el diálogo. Te puedes imaginar la fluidez que eso da al total.

Los personajes están muy bien dibujados. Tom, pusilánime y herido. Louise, insatisfecha y trabajadora. Ambos, viven una crisis de la mediana edad, la de la cuarentena. Esa edad, en la que de esta historia se extrae que, o tomas las riendas con decisión para vivir una etapa de plenitud, o aparcas en el cómodo parking de la vejez, antes de tiempo, y ves la vida pasar. Un punto de inflexión: prolongar la juventud en plenitud o anticipar la vejez en la inacción. La decisión que todos deben tomar. Se infiere que no hay personas con y sin crisis de la mediana edad. La mediana edad siempre es crítica porque es un punto de inflexión en el que todos debemos escoger carta.

Los protagonistas reflexionan constantemente sobre los problemas. Creo que los personajes, para ser buenos, tienen que ser globales. Esto es, necesitamos saber de dónde vienen y cuáles son sus aspiraciones. Pasado y futuro nos explicarán su presente. Sabremos por qué actúan como lo hacen y de ese modo podremos entenderlos. En este caso, Hornby nos muestra su presente, nos va dejando ver frase a frase y conversación a conversación, cómo han llegado hasta el punto en que los lectores los hemos conocido. Sus aspiraciones no están claras, pero no por impericia narrativa del autor, que es excelente, sino porque deliberadamente esa incertidumbre forma parte esencial de los personajes y del relato. Esa duda genera conflicto, genera tensión y te anima a leer sin parar.

¿Ya he dicho que el libro toca todos los palos? Sí. Pero entre todos los temas que desfilan ante los ojos del lector en esta lectura breve, el matrimonio es el Gran Tema. La unión imperfecta de personas que no son iguales. Probablemente, de hecho, sean muy diferentes.

Sin embargo, este es un libro optimista. El matrimonio no lo hacen personas perfectas, ni seres de luz. Lo hacen personas normales que luchan con constancia para tener en esa unión “un lugar donde quizá quisiéramos vivir”.

Hay profundidad de planteamiento. El sexo no es el amor, ni lo contrario. Forma parte imprescindible del todo, pero sólo parte. Parcial e importante. Sostiene también que el amor no es un sentimiento. No es un fogonazo. Eso se explica magistralmente en apenas dos líneas de diálogo en este texto. El amor es una actitud. Es una forma de vivir y de actuar donde la preocupación por el otro se manifiesta en acciones concretas en beneficio del tú, incluso a pesar del yo. En eso tan difícil está cimentado.

Y esa es la magia de este libro. Abordar lo más complejo de este mundo, con la mayor sencillez que permite la literatura.

Una novela tan breve como intensa. Un libro por el que felicitar a Anagrama, y con el que he descubierto a un autor excelente, Nick Hornby.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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