Los hombres no lloran
Fiona Scarlett
2021
Ediciones Plata
@plataeditores
Esta es la historia de Finn y Joe. Finn es un niño de primaria, enfermizo. Joe, es su hermano mayor —adolescente—, icono, faro y guardián.
Viven en un suburbio de Dublín, capital narcótica. Su madre es una camarera alcoholizada y su padre un maltratador, a la sazón, matón del traficante del barrio. Un tipo intimidante y temido.
No confundir nunca temido con respetable.
Finn emite señales de que algo no va bien. Hemorragias, cardenales preocupantes por apenas un inocente juego…
Joe tiene talento para el dibujo. Quiere ser algo distinto a su padre. Mejor. ¿Le dejará serlo su entorno? ¿Será, en cambio, una losa imposible de levantar? ¿Estamos condenados a tener un destino concreto a partir del lugar socioeconómico en el que nacemos? ¿Siguen existiendo los ascensores sociales, y en caso afirmativo, bajan hasta el sótano de la sociedad?
Una historia sobrecogedora de dos niños, hermanos en el Dublin suburbial del narcotráfico
El libro aborda la vida en el suburbio. La pérdida de capital humano, la falta de oportunidades, la presión del entorno… Es una garra asfixiante, un vórtice que acaba por envolverte y obligarte a ser uno más. Hay valor literario en la trascendencia de esta novela.
Fiona Scarlett mezcla drama familiar y social. Cada uno, es causa del otro. Recíprocamente. Las familias rotas, pueden sumar individuos conflictivos al conjunto. Las sociedades perdidas rompen las familias a las que alcanzan con sus tentáculos.
Toda esa profundidad del libro se narra con sencillez. Si esperas un libro denso, con un ritmo a la altura de sus planteamientos morales, te vas a llevar una sorpresa, y de las gratas. Es llamativo que una ópera prima tenga este nivel, que le deja contar una historia sin aburrir, pero sin renunciar a tratar temas muy complejos desde el punto de vista antropológico y emocional. Personajes complejos, no faltos de cierta evolución —sin volvernos locos— al paso de los acontecimientos, durísimos, que les va a tocar ir viviendo.
Enfermedad, esperanza, familia, muerte, droga, mujeres sometidas, delincuencia, violencia doméstica, adolescencia, barriadas, la presión de la tribu… Está casi todo reflejado en este libro.
Volvamos al título. Los hombres no lloran. Santo y seña de la masculinidad entendida como un conjunto de vigor, capacidad de intimidación y nada más. De la clausura de este paradigma trata el libro.
Hay una escena carcelaria sobrecogedora. En ella se ve la evolución del personaje paterno, que no es sino una mirada hacia el submundo del crimen organizado y los devastadores efectos con que asola a sus secuaces aun cuando parece colmarlos de caprichos materiales.
Es una novela con momentos muy intensos. Se tocan temas muy densos y se hace con cierta habilidad. Es un libro duro, directo, sincero. Necesario. Es como un uppercut directo al mentón. Basta leer párrafos como el que extracto a continuación para hacernos una idea:
«EI doctor Kennedy dijo que sufrí una recaída. Me explicó que la leucemia había vuelto, aunque también cabía la posibilidad de que hubiera estado flotando escondida por ahí o de no haberse ido nunca. Mientras hablaba, yo solo pensaba en todas esas charlas que me habían dado sobre la quimio en las que aseguraban que era un supermedicamento que haría papilla a la leucemia. No me habían contado otra cosa que mentiras, porque a quien había hecho una auténtica papilla había sido a mí.»
Pero un libro tan duro no queda exento de esperanza. La tiene. En las personas. En el cambio. En la transformación. En la metanoia, la familia, el amor incondicional y hasta en la propia vida.
Qué decir de la autora. Esta escritora debutante hace gala de una sensibilidad fuera de serie, que viaja a bordo de una voz narrativa propia, concreta y de trazo suave. Una obra debut que sin embargo se cuenta estructurada sobre dos voces narrativas —las de los hermanos—, con episodios casi epistolares hacia el final.
Una maravilla de las que se recuerdan como lector. De las que ensanchan las paredes de tu propia experiencia a través de las vivencias de los personajes. Un libro que no debe faltar en ninguna biblioteca personal, ocasional ni pública.