Reseña de El Fallo, de Antonis Samarakis

Reseña El fallo. Antonis Samarakis
5
(2)

El fallo
Antonis Samarakis
1965
@trotalibros
Primera Edición febrero de 2023
248 páginas.

Antonis Samarakis nació en Grecia en 1919. A un país y a un mundo que no siempre le fueron afables. Le enseñaron su peor y su mejor cara. Samarakis trabajó en el Ministerio de Trabajo griego. Conoció el horror de la invasión Nazi siendo muy joven. Tras la guerra volvió a su país a continuar su labor ministerial.

Su carrera literaria dio unos primeros pasos tímidos. En 1965 llegaba esta que hoy nos ocupa, El fallo. Se considera su gran obra. En ella, además de unas reflexiones antropológicas que ameritan reconocimiento, atisba lo que en su país iba a llegar solo dos años después de publicar este libro: la “Dictadura de los coroneles” que abría un periodo de privación de libertades hasta 1974 en Grecia.

Tras todos estos episodios, Samarakis fue un hombre bien considerado. Embajador de buena voluntad de la UNESCO,etc.

Ya anotado el personaje, echemos un vistazo a la obra.

¿De qué trata El fallo?

Es la historia de un hombre detenido. En un país totalitario, arbitrario y despótico, no merece la menor garantía procesal ni su detención ni su juicio. La novela es un manifiesto a corazón abierto sobre la lucha del hombre contra la injusticia y la represión.

Han detenido a un hombre. Se le acusa de atentar contra el Régimen. El libro comienza cuando llevan a este tipo a la central para el interrogatorio. Pronto, conocemos que se trata de una detención a partir de una denuncia anónima, inmotivada e inicua:

¿Qué va a pasar con el detenido? ¿De qué se le acusa? ¿Se trata de alguien realmente implicado en resistencia contra el Régimen o todo se trata de un error?

Jurarías que es una novela de personajes. Una historia que tiene un ensayo latiendo dentro. Pero a mitad del libro, página 113, te pega un sopapo —que la gente fina llama plot twist— que dices: “Cuidado. Esto tiene una trama detrás.” Se crea una intriga y un suspense asombroso.

Narrador en primera persona cuando lo enfoca un personaje concreto. En tercera persona cuando lo enfocan desde un plano más general. Esa forma de ver la misma realidad desde dos ópticas distintas, la del detenido y la del policía, va envolviéndote hasta meterte por completo en la historia.

Un relato cargado de fuerza y cercanía. Los pasajes en tercera persona omnisciente van dando paso a narraciones en primera persona, que completan la historia y le dan más viveza, acentuando la capacidad de inmersión en una piscina que ya has visto desde fuera.

Aplaudo este rescate literario de Trotalibros. Es una novela genial.

Trasfondo

Es un libro muy trascendente. Es una crítica a un sistema social y político totalitario, policial e injusto que se designa durante todo el texto como “El Régimen”. Como he dicho en otra reseña que dejé en el perfil de Instagram, es un ensayo oculto bajo la piel de una novela.

Hay un servicio secreto que es una policía política. Proceden de modo casposo. Archivan casos antes de recibir el informe del propio inspector al respecto; inician causas a partir de soplos infundados y poco sustanciados.

«Para ser un enemigo del Régimen no es necesario haber actuado contra el Régimen. ¡Basta con no estar con el Régimen, con no haber dado pruebas manifiestas de adhesión al Régimen! Para el Régimen, sí, señor, sigue aún vigente aquello de “Quien no está conmigo está contra mí”».

El fallo. (1965) Antonis Samarakis.

Es un régimen donde no existe la presunción de inocencia. Esa enfermiza obsesión por la seguridad total, por el ahogo de toda disidencia, en realidad pone de manifiesto la propia conciencia de su injusticia, que le lleva a presuponer que el ciudadano actuará en su contra, a menos que pueda probar lo contrario.

No conocemos el país. Tampoco la ciudad en la que se desarrolla la acción. No nos dan los nombres de los personajes, a lo sumo un mote. El manager, el inspector, el jefe… Creo que esa ausencia de personalización, de localización o temporalidad, aportan universalidad a la historia. Este ejemplo podría valer a cualquier sistema totalitario, en cualquier parte y en cualquier momento de la historia.

Todo el protagonismo recae en el Régimen. La crítica hacia el parece el gran objetivo de Samarakis. Los personajes se mecen al ritmo del Régimen, a veces se detienen y reflexionan sobre él, de lo que se sirve el autor para mostrar —no contar—, algo sobre el particular:

«El Régimen es la línea divisoria que nos separa de los otros. El que está con el Régimen está de esta parte; el que no está con el Régimen, de la otra. Y entre las dos orillas, el abismo.»

El fallo. (1965) Antonis Samarakis

La novela está plagada de reflexiones así. Sería demasiado prolijo reproducirlas todas. Por volumen sobre el total, casi sería un plagio al autor. Realmente es un libro magnífico, una joya que deberías tener ya mismo en tu estantería.

El estilo del autor

Posee un registro expresivo con cierta vis estética. Se aprecia en párrafos con un matiz poético, como por ejemplo:

«Algunas mesas estaban ocupadas por un solo individuo. Los solitarios. Uno con su café, otro con su refresco, otro con su silencio.»

El fallo. (1965) Antonis Samarakis.

Es un libro muy moderno en el sentido formal. La secuencia de la historia se desordena para que el lector sea quien va encajando las piezas, al estilo de las historias pulp. Se usan garabatos, si se describe la placa de acceso a un urinario público se dibuja dicho elemento; si se habla de un informe redactado a máquina se muestra dicho informe con la tipografía propia del elemento, etc.

Anotaciones sobre la edición y la editorial.

Trotalibros logra aquí un resultado ejemplar. Niega la mayor a un mercado literario globalizado, rendido a los brazos del bestseller y a la tendencia. En Trotalibros tienen un catálogo que ofrece títulos muy diferentes al resto. Sin rastro de gregarismo. Con un sentido crítico y una orientación a la calidad que merecen aplauso y adeptos. No estaría de más que dieras un paseo por su repertorio.

Esta edición está muy bien trabajada. El libro, como elemento físico, resulta en un ejemplar muy bien conseguido, continuador del diseño personal e inconfundible, atemporal, de la marca editorial. Marcapáginas propio de la edición, etc. Detalles que gustan al lector. Nivel.

No la considero una editorial para lectores cualesquiera. Es una editorial para lectores constantes.

Dos traductores de recorrido y prestigio en el contexto griego. Su trabajo desemboca en un texto muy cercano y comprensible a nuestro tiempo, que nos acerca al texto original sin perder la esencia del mensaje del autor. Ya habían traducido antes esta misma novela, pero vuelven a reescribir toda su traducción ex profeso para esta edición de Trotalibros. Esto me aporta un valor especial y aumenta mi consideración hacia el ejemplar que he tenido el gusto de leer y el no menos privilegio de compartir contigo.

Un libro, además con un excelente aparato crítico. Lo propio de la casa. Introducción presentando al personaje, un epílogo del editor… Muy bien. Algo más que la mera novela, que ya es mucho. Me gusta cuando la editorial hace algo más que imprimir el trabajo del autor. Cuando lo indaga, lo complementa y ofrece al lector una buena dosis de apoyo e información complementaria que mejoran su comprensión del texto o la experiencia de lectura. Son los únicos casos en los que verás que dedico unos párrafos a hablar encomiásticamente de la editorial.

Lo mejor del pack es la novela. De eso no me cabe duda. Novela y edición, un pack que sumado te va a encantar, o por lo menos a mí, sí.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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