Aránzazu Vila es una tipa valiente. Una mujer empoderada que estaba desempeñándose con éxito en el mercado inmobiliario, pero a costa de su felicidad emocional. Tiene los redaños para soltar amarras y lanzarse a escribir. Otra de las que la pandemia ayudó a orientarse hacia un nuevo rumbo: escribir.
Y en estas, ya lleva tres novelas, de las que yo he leído dos. Ambas, me han dejado un sabor de boca excelente. Esta escritora va para arriba, de eso estoy seguro. La ventana de Lucas me encantó y me sorprendió. El loft de Lucía me emocionó, pero ya no me sorprendió. Ya sabía cómo las gasta Aránzazu.
Leerla, me llevó a una reflexión: ¿conocemos a los escritores que merecemos leer o solo los que pasan el filtro de las editoriales de siempre? ¿Es siempre la selección de las grandes editoriales acertada? ¿Se está quedando fuera gente que tiene un talento reconocible? Sucede que, muchas veces, como decimos en Andalucía, el que no tiene padrino, no se bautiza.
Entonces, tengo el interés sano de que la conozcáis mejor. Se me ocurren dos formas: recomendar sus libros —lo hago encarecidamente— y entrevistarla para que nos cuente más sobre ella. En primera persona. Con todos ustedes, Aránzazu Vila, tu futura escritora favorita.
¿Quién es Aránzazu Vila?
Aránzazu es una valenciana de 34 años, creativa, tenaz y sensible, que adora la naturaleza, la música y las motos. En 2020 decidí dar un cambio a mi vida y, casi por serendipia, comencé a escribir. Mi trayectoria profesional estaba ligada al servicing inmobiliario, con más de diez años de experiencia. Estaba viviendo la vida que creía que quería, consiguiendo objetivos tanto personales como profesionales. En enero de 2020 mi salud mental me avisó de que algo no estaba bien, nada bien. Fueron semanas complicadas y decidí priorizar mi bienestar. En ese proceso de recuperación, la escritura llegó a mi vida y me agarré a ella para salir a flote, además, descubrí que era PAS (Persona Altamente Sensible). Desde entonces he estado formándome como escritora y Experta en Alta Sensibilidad, he publicado 3 novelas y trabajo a diario para llegar a los lectores y que conozcan mis novelas.
En tu faceta de escritora, ¿cómo te defines?
Soy una escritora brújula. Construyo mis novelas en torno al mensaje que quiero transmitir y, en base a esto, busco los personajes y la historia adecuados. La parte que más disfruto del proceso es la escritura. Me gusta escribir en casa, con la compañía del silencio y la oscuridad de la noche. Tampoco puede faltar una vela, boli y cuaderno, pues a veces aparecen ideas que es mejor anotar, si no, corren el grave riesgo de ser olvidadas. En mis novelas busco emocionar al lector, generarle interés y que la historia cale invitando a la reflexión.
Si pasas por mis reseñas, verás que, al menos, conmigo, ha conseguido ambos propósitos: emoción y reflexión.
¿Te consideras una autora de género?
No, mentiría si dijese lo contrario. De mis 3 novelas; dos comparten género, mientras que la tercera es una novela juvenil. Actualmente, estoy trabajando en un thriller y no descarto probarme en nuevos géneros en mis próximas historias.
Y yo que creo que podrías hacer una de terror… El thriller tengo claro que le irá bien. En El loft de Lucía ya amaga con algunas secuencias que bien podrían encajar en uno.
Háblanos de tus novelas. ¿Qué reflexión quieres hacer en cada una?
En la primera, La ventana de Lucas, buscaba que el lector reflexionase sobre las obligaciones implícitas en la paternidad, mediante un hecho doloroso, pero posible, para que impactase al lector. Hoy en día se vive rápido y se piensa poco. En medio de esta vorágine perdemos la perspectiva sobre las cosas realmente importantes, llegando a olvidarnos de nosotros mismos. En El loft de Lucía, refuerzo el mensaje sobre la importancia de la comunicación, la responsabilidad que tenemos sobre nuestra felicidad y cómo los miedos y falsas creencias moldean nuestras vidas. En esta bilogía trato temas diversos y en ellos intento poner al lector en tesituras en las que pueda reconocerse e invitarle a reflexionar sobre ellas.
Las Retramonguers, es una novela juvenil que escribí como regalo del 12º cumpleaños de mi sobria. Es una historia fresca y divertida en la que invito a los más jóvenes a reflexionar sobre la amistad, los valores, los miedos y el compañerismo.
¿Qué autores/as te han influido?
El diario de Ana Frank fue la primera novela que me impactó. Las palabras de ese diario, la forma en que estaban escritas, era totalmente distinto a lo que había leído hasta entonces. En los últimos años, he descubierto a Eloy Moreno o Sandra Moya, dos escritores con los que me identifico, quizá por los temas sobre los que escriben o por la manera en que se expresan. Como dato anecdótico, confesaré que intento no leer nada del género en el que estoy trabajando, incluso desde que tengo la idea hasta que la finalizo.
¿Cuáles son tus cinco libros imprescindibles?
El que no podría faltar, sin duda, El diario de Ana Frank. Los Pilares de la Tierra, La Reina del Sur, Aurora y Diferente completarían el top 5.
¿Qué dificultades plantea el panorama editorial actual a autores no consagrados?
La mayor dificultad que encuentro es llegar a los lectores, que conozcan tus obras y le den una oportunidad. Las editoriales intentan no arriesgar en sus apuestas, siendo mínimas las oportunidades que puede tener un autor en sus comienzos. La autopublicación no es un camino sencillo, pues te enfrentas a grandes escritores, editoriales y a una falsa creencia de que la autopublicación es equivalente a mala calidad. Hacerse un hueco en el panorama editorial es complicado, requiere de esfuerzo, constancia, recursos y mucha ilusión.
¿Qué será lo próximo que leamos de Aránzazu Vila?
Este 2023 estoy trabajando en un thriller ambientado en la España de los 70, con un caso sin resolver como tema central. El trabajo de documentación e investigación está teniendo un papel importante para ambientar y encontrar la personalidad adecuada de la protagonista de la historia. Quiero que el lector vea la evolución en mi escritura sin perder mi esencia. Es un reto que afronto con ilusión y del cual espero que los lectores disfruten tanto como yo escribiéndola.
Yo ya estoy deseando leerla. De momento, solo puedo agradecer a Aránzazu su amabilidad para concederme esta conversación abierta y desearle el mayor reconocimiento posible a su trabajo. Y creo —con total sinceridad— que lo amerita.
