Reseña Primer Padre. Joan Llensa

Reseña Primer Padre de Joan Llensa
5
(4)
Primer padreEd. El sótano de los sueños
Joan LlensaEnlace para adquirir en Amazon
2022

Este es mi debut como lector de Joan Llensa. La impresión, en líneas generales, es que sabe cómo estructurar una novela, como jugar con el lector y —por lo menos en esta novela —, tenerte sometido a un constante «una página más y ya apago».

Es una historia de esquema sencillo, pero muy potente. Nos cuenta la historia de unos niños que hacen verdad aquello de: a perro flaco todo se le vuelven pulgas. Los que más deberíamos proteger en nuestra sociedad, son a los que mostramos nuestra peor faz.

La acción principia en Aurora. Un municipio catalán que imagino de esos devorados por el concejal de urbanismo en un par de licitaciones a pie de marisquería. La acción se sitúa en 2019 y viaja en el recuerdo a 1988 y 1989, años a los que irá volviendo mediante analepsis para desvelar qué peso tienen esos finales de los ochenta en lo que está viviendo la narración del presente.

A Aurora, regresa sin entusiasmo Irina Pons. Una detective perteneciente a una brigada especial, que deberá investigar el asesinato de dos ancianos, —el matrimonio de Dionisio Ayats y Catalina— empresarios de éxito residentes en la zona, que han aparecido asesinados en el mismo día en distinto lugar. Próximo a ellos, vive Fernando, su hijo, que ha desaparecido. Se trata del hijo único y adorado de las víctimas, un solterón altruista, mecenas de un orfanato anejo, escenario al que Llensa dota de un magnetismo y atmósfera extraordinarios.

De manera criptográfica, el primer capítulo nos lleva a 1989. Se nos muestra un criminal que entierra sus víctimas en agujeros junto a frutales mientras es consciente de que unos niños lo miran atemorizados desde la ventana. Semejante comienzo para una novela es una declaración de intenciones que ya marca el tono de un libro que nos va a tener muy involucrados en su desarrollo. Emocionalmente no es un libro amigo. Te tienes que preparar para una paliza de realidad que no a todos os va a gustar.

Adorable el capítulo de presentación anónima del asesino. Presentación, porque le acompañamos en su huída de la escena del crimen y conocemos cierto pasado conectado con sus víctimas. Anónima porque no sabemos nada de él, más que la promesa en forma de una sutil prolepsis «vaya si mejoraré» en la que adivinamos que los crímenes van a continuar.

Me detengo en Irina Pons. Investigadora a cargo del caso. De nuevo se elige una mujer para un papel de acción que la tradición solia verlo en clave varonil. Los signos de los tiempos. De nuevo una persona cargada de pasado, atormentada y con una estabilidad emocional todavía tambaleante. Esto, más que una iteración, debe interpretarse como un guiño a lo mejor del género: personas comunes —con pesos de pretérito y problemas— enfrentadas a crímenes fuera de lo común. Sin embargo, a Llensa le apuntamos una preciosa relación de maternidad cotidiana entre la protagonista y sus dos hijas, que ya no es tan habitual en estas obras, porque la soltería desinhibida parece más sexy para la acción que las preocupaciones de una madre coraje. Pero Irina convive con una familia traumatizada por la pérdida, una hija modélica y otra con inclinaciones autolesivas o incluso insinuaciones autolíticas, que a mi parecer, dan un fondo de madurez al conjunto de la trama. Lástima que no se desarrolle más esta faceta maternal del personaje, aunque lleva pinta de que habrá segunda parte de esta historia y ahí, quién sabe. Pero ya hemos dicho: o sirve al propósito de narrar con agilidad o fuera.

Reseña Primer Padre de Joan Llensa

En cuanto al personaje principal, Irina, me ha gustado. Me gustan los personajes que evolucionan. Eso los hace creíbles, como los seres humanos de carne y hueso. Al principio es una mujer pesimista y melancólica. Nos dice en la página 104:

«Todo pasará —le decían—. El tiempo lo cura todo».
Y una mierda.”
El tiempo jamás cura las heridas de un corazón roto. La pérdida. El amor. Las palabras que quedaron sin decir.

Sin embargo, es también Irina alguien que enfrenta su pasado. No es pusilánime. Al contrario, se la ve resuelta a descubrir qué secretos se han enterrado en su pasado al precio que sea. Tiene la determinación que le falta, por ejemplo, para tratar con Laura, su hija adolescente y problemática. Esa contradicción, me encanta, porque hace a los personajes realistas, casi puedes oler al ser que emergería de ser esto Narnia y no el mundo real.

El personaje antagonista, no está tan desarrollado como Irina. Casi no conocemos mucho de su psicología, más allá de lo que emana de su concurso en los hechos. Es Irina la que Llensa ha perfilado y mimado, comprendido de manera holística y presentado al lector sin que ningún otro personaje eche el velo sobre ella. Aparte de la protagonista, solo con Laura, su hija menor, se permite licencias puramente psicológicos que no sirven al propósito narrativo tanto como al perfilado del personaje. Tal vez Laura tendrá peso en una hipotética segunda parte y por eso Llensa ha abonado el camino. ¡Ojo! esto es un brindis al sol que me he formado en mi cabeza.

La narrativa es ágil. Joan Llensa nos conduce a través de una estructura narrativa con ritmo: capítulos cortos, muchos personajes que se van asomando a la trama… Queda instaurado el minimalismo narrativo. Llensa ha firmado un contrato con sus lectores cuya cláusula primera es: lo escrito, o hace correr la historia, o Llensa saca la hoz y lo siega. Resultado, una novela de esas que te sientas a leer y caen cincuenta o setenta páginas de una tacada.

En cuanto al estilo, es efectivo a más no poder. Llensa escribe con metrónomo. No he visto volar las páginas a tal velocidad desde Dan Brown. No cultiva maneras líricas, sino efectivas: todo se sacrifica a una historia que trepida y corre. Su prosa no es un Rolls, es un Ferrari. No obstante, me he marcado con adhesivo de colorines algunas figuras que me han gustado mucho. Por ejemplo, en la página 218 dice:

«La abuela Rosario. Encerrada en la residencia es quizás la que mejor lo lleva de todos. El dolor se la llevó. Es como una muerta viviente a la que le da hasta pereza comerse a la gente» Ese símil del zombie inapetente como metáfora de la pereza me parece de un poder evocativo y visual magnífico.

Debo poner un pero, para no ir de fanboy. La corrección tipográfica y ortográfica, tiene un margen de mejora para siguientes ediciones. No es algo que esté mal o que llegue a estorbar la lectura, pero podría quedar un libro redondo, de pulir un poco más este apartado.

Los americanos usan una voz: page turner. Así califican a los libros que pertenecen a una estirpe, la de aquellos de los que no puedes dejar de pasar y pasar páginas. Casi te enfadas de que te avisen para cenar. Este es uno de esos libros.

Si tú eres adicto/a a estas historias que viajan a velocidad supersónica y donde no paran de suceder acontecimientos que hacen avanzar la trama, Llensa es uno de tus autores de cabecera. ¡Qué buena película se podría hacer de tu libro, Joan!

El libro perfecto para salir de un bloqueo lector.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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