Archipiélago. Los libros según Mariana Enríquez

Archipiélago de Mariana Enríquez Reseña
0
(0)

¿Qué es esto? Es la biografía lectora de Mariana Enríquez. En un voladizo que hace la cubierta de esta —preciosa— edición, una frase de la autora hace las veces de introducción, declaración de intenciones y prólogo:

Archipiélago es una obra de no ficción literaria en la que Mariana Enríquez traza su biografía como lectora a través de los libros que han marcado su formación. Estructurado en breves capítulos temáticos, el libro combina memoria personal, reflexión crítica y metaliteratura, ofreciendo un mapa íntimo de influencias, obsesiones y lecturas que explican su mirada como escritora.

«La obsesión por la lectura me lleva a sentir de vez en cuando que toda vida es ficción. Y la ficción, por supuesto, es amoral.»

Cuando dice «toda vida es ficción», me sugiere que la lectura constante invade y moldea la experiencia personal: uno empieza a ver su propia biografía como un relato, con personajes, escenas y giros narrativos. La vida, bajo esa mirada, deja de ser “realidad pura” para convertirse en una narrativa más, susceptible de interpretación, reescritura o distorsión. En «El mundo como voluntad y representación», Schopenhauer sentó las bases de esta misma afirmación: lo que llamamos la vida, es resultado de como nos la contamos, no la cosa en sí. 

Es subjetiva. Y esa subjetividad puede estar mediada por la influencia de lo que leemos. La vida es la representación que dicta la voluntad de cómo queremos mirarla. 

La segunda parte, «la ficción, por supuesto, es amoral», plantea que la ficción no está subordinada a juicios éticos: una historia no necesita ser justa, ejemplar o moralizante. Puede contener atrocidades, contradicciones y deseos prohibidos… Es decir, se niega a confundir autor con obra. Es lo que le permite disfrutar del genio artístico de un personaje tan controvertidopatáncofre como Lord Byron., Sin embargo,aunque reconoce que a veces sucumbe a ese vicio de la cancelación. Mal podría sobrevivir en la industria si no adopta concesiones a la cultura dominante y la pose política de rigor. 

«Hoy, cuando escribo, en 2024, separar la obra del artista es una de las preocupaciones  masivas.  Mis  estándares  cambiaron  con  el tiempo, hay ciertas cosas que me repugnan y me arruinan  la  obra,  pero  en  contadas  ocasiones. Es  una  falla moral: la obsesión por la lectura me lleva a sentir de vez en cuando que toda vida es ficción. Y la ficción, por supuesto, es amoral: debe serlo.».

No es una falla, Mariana, es sentido común. Maradona fue un desastre, pero nadie tocó la bola como él. No sucumbas a la dictadura de la corrección política. Cancela la persona, pero no canceles la obra. ase reconoce como

Logo Porque Leer

Archipiélago

Portada de Archipiélago, de Mariana Enríquez

Autora: Mariana Enríquez

Año: 2025

Editorial: Ediciones Ampersand

Colección: Lector&s

Páginas: 300

⭐⭐⭐

Reseña de Álvaro Sánchez Oliveros

Archipiélago 

Mariana Enríquez 

2025

Colección Lector&s

ISBN 978-631-6558-33-6

Agosto 2025

300 páginas

Rústica, cosida

20 x 12 cm

Y empieza una secuencia de 29 capítulos cortitos. En ellos Mariana Enríquez se nos da a conocer a través de lo que ha leído. 

Un libro para lectores. Para tener una libreta cerca y anotar todos los textos sagrados del canon personal de la autora. 

Archipiélago propone una formación lectora en 29 islas. Me subo al barco y zarpo ya mismo a visitar cada una de ellas.

Archipiélago de Mariana Enríquez Reseña

La isla de la nada

Aquí habla de su primer libro, regalo de su tía: La historia interminable de Michael Ende. A esta obra debemos mucho de la estética y la pasión de la obra de Mariana. 

Obras mencionadas: La historia interminable, Los cuentos de los hermanos Grimm, versión infantil de La odisea y de La Biblia.

Los transbordadores 

Mariana Enríquez hizo su propio camino. Como todos, saltaba de unos libros a otros, pero por itinerarios no canónicos: menciones en revistas no literarias, lo que leían sus músicos favoritos, etc.

Obras aludidas: A sangre fría.

La isla del paramo

El lector adulto y concienzudo siempre fue un lector ecléctico. Y pronto el salto al terror gótico. Una de las mejores islas de este archipiélago.hDe l

Obras aludidas: Las aventuras de Tom Sawyer, Mujercitas, Áyax, Dailan Kifki, Sandokan, Ana de las tejas verdes, Un cuento de Navidad, Cumbres borrascosas, Jane Eyre., 

Los barcos

¿Cómo es la Mariana lectora de hoy? «Tampoco  uso  Goodreads  ni  sigo  a booktubers o  influencers». 

La isla de las momias

Esta es una pieza del máximo interés. Mariana nos confiesa su predilección por Cormac McCarthy, su desencanto con la Editorial Minotauro

« Fue de los primeros libros de otra de mis editoriales fetiche. Durante años armé mi colección del sello, que perdió su coherencia desde que es parte de Planeta; ya no es más el lugar central donde ir a buscar autores magníficos de ciencia ficción y fantástico, como lo era en los años de Paco Porrúa»

Obras aludidas: Meridiano de sangre, El siguiente en la fila, El país de octubre, Todo el verano en un día.iu

Los botes

«No  estudié  Letras,  nunca  fui  a  un  taller  literario  y  no conocí escritores hasta que yo misma publiqué una novela.»

Obras aludidas: El ruido y la furia, El almuerzo desnudo, Antígona Vélez, Antígona, Acaso no matan caballos, 

Archipiélago de Mariana Enríquez Reseña

La isla del laberinto

¿Un tributo personal a Borges? Sin duda.

Obras aludidas: La casa de Asterión, El Aleph,   Ficciones,   El libro de los seres imaginarios,   Siete noches,   El libro de los seres imaginarios,    Odisea,  Las mil y una noches, Los El azogue, animales de los espejos., 

Los remos

Cualquier lector/a se identificará con lo que aquí cuenta. Que cuando uno de sus lectores cita a otros autores, corre en busca de ellos. 

« Si  Stephen King  le dedicaba un libro a Shirley Jackson, yo iba a por ella. Si Alejandra Pizarnik le dedicaba un poema a Georg Trakl, intentaba dar con él»

Obras citadas: El padrino, La comedia humana, Meridiano de sangre, El siguiente en la fila, El país de octubre, Todo el verano en un día.

La isla tenebrosa

Su historia personal con Byron.

«No me enamoro solo del virtuosismo y la gracia, ni de la buena construcción, ni del ingenio.  Necesito  el  drama,  el  artificio,  la  puesta  en  escena, la leyenda.»

Si no conoces la historia de John Polidori, te encantará esta pieza. Una vida truncada a los veinticinco años. Un genio literario con un potencial por delante, truncado por las malas compañías. 

Obras citadas:  Bajar  es  lo  peor, .Byron in Love, El vampiro,   Drácula, Entrevista con el vampiro, Carmilla.

Las lanchas

Apenas un apunte de su incapacidad para leer en coches y aviones.

La isla del reino

Por navidades, Mariana Enríquez visitaba a su tío paterno. Pasaba unos días en su casa. Allí leyó por primera vez a Stephen King. Es un episodio particularmente interesante. Con King descubrió las reacciones fisiológicas provocadas por la lectura. Se sorprendió por la capacidad de perturbar de la palabra. Es un alegato en defensa de Stephen King como un autor «preocupado por la justicia social». Es más, es una vindicación del género mismo del terror: 

Cuando se piensa el terror como un género menor, de shock o disruptivo, se incursiona en una suerte de neopuritanismo que niega la perversidad y maldad humanas, tan frecuentes como el afecto y la bondad.

Críticos esnobs, prepárense. Mariana Enríquez carga la suerte con un estoque de elocuencia severa contra la pose intelectual, más pagada de sí misma que llena de argumentos respecto al género. Para ella destiláis superioridad moral en vuestro desdén. Por conducto de King, llega a Shirley Jackson, cuya bandera también enarbola en este capítulo. 

King y Jackson. Ambos son, a decir de Enríquez, quienes le alumbran el camino como escritora.

Obras citadas: Cementerio de animales, Nuestra parte de noche, Ojos de fuego, La carretera, Carrie, Cujo, It, Dolores Claiborne, El resplandor, Salem’s Lot, Misery, La historia de Lisey, La pata del mono, Paterson, The Haunting of Hill House, La lotería, Siempre hemos vivido en el castillo, The Sundial, Los veraneantes.

Los mástiles 

Mariana deja libros que no le gustan. No se fuerza a acabarlos. Antes no lo hacía. Cosas de la edad. 

La isla de la educación 

Su educación como escritora. Cuando leer dejó de ser un mero disfrute para ser también un proceso formativo. 

Obras aquí citadas: Desde una novela no necesariamente castiza, El idiota, Los hermanos Karamazov, Primer amor, Bomarzo, Sobre héroes y tumbas, Trópico de cáncer, Áyax, Antígona, Don Quijote de la Mancha, Santuario, El secuestro de Miss Blandish, Los siete locos, El juguete rabioso, El guardián entre el centeno, La divina comedia, Respiración artificial, La revolución es un sueño eterno, La náusea, Cartas a Theo, Ada y el ardor, El año de la rata, Hamlet, Sueño de una noche de verano, The Sandman, Enrique IV, El gatopardo de Lampedusa, El barón rampante, El castillo de los destinos cruzados, Teorema, La caída de la casa Usher, Berenice, Ligeia, El corazón delator, El retrato oval, El  gran  Gatsby, Suave  es  la noche, Hermosos y malditos, Babylon Revisited, Cicatrices, Ulises, Orlando, Las olas  de Club Bruguera, Al faro, El retrato de Dorian Gray, Las  palmeras  salvajes, Luz de agosto, Mientras agonizo, ¡Absalón, Absalón!, Los miserables,  Crimen  y  castigo,  Frankenstein, Carta  al padre, De profundis, Una excursión a los indios ranqueles, El señor de los anillos, Moby Dick, La línea de sombra, Predestinados en el mar,

Las balsas 

De primeras ediciones o no. De fetichismo literario y obras firmadas.

Obras citadas: Iluminaciones, Nina Simone’s Gum.

Isla Julio

Por Julio Cortázar. A Enríquez le gustan sus cuentos pero no sus novelas. 

Obras: Imagen de John Keats, Rayuela, Historia de Cronopios y de famas, Mi final del juego, Final del juego, El jardín secreto, Marianela, La puerta condenada, Las ménades, El perseguidor, La casa de Asterion, Queremos tanto a Glenda, El uso de la elegancia, El fuego de la nieve, Los frágiles retornos, Cambio de luces, Radio Imer Opus 94.5, Viaje a las estrellas, Cartas de mamá, Las babas del diablo, Las armas secretas, Lejana, La escuela de noche, Circe, Casa tomada, Las puertas del cielo, 

Los puentes 

Su biblioteca personal. Sus dispositivos, manías, etc.

La isla de los caminos

La poesía y Mariana. Su historia con la lectura de versos. Su devoción por Lorca y su opinión de que la mejor escritora actual es Anne Carson.

Obras citadas: Romancero gitano, Noche de invierno en la ciudad, La señora que se murió por teñirse el pelo, Explico algunas cosas, A Coney Island of The Mind, Ministerio del desarrollo social, Llueve y alguien está diciendo llueve, Men in the Off Hours.

Los canales

Sus primeros libros. Los de su etapa lectora más temprana.

Obras: Hombrecitos, Mujercitas, Moby Dick y Taras Bulba, Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, Las minas del Rey Salomón, La maravillosa vida de Peter Schlemihl, Otra vuelta de tuerca.

La isla de Charleville

Su historia como lectora de Rimbaud. Su viaje a la ciudad del poeta. Repleto de reflexiones muy interesantes. 

Obras: Obra escogida, El barco ebrio, La mirada azul de Rimbaud, El tiempo de los asesinos, Los poetas malditos, 

Los muelles

Apenas una nota breve sobre la gestión de su concurrida biblioteca.

La isla de los amores difíciles 

Su encuentro con Baudelaire. Sus poemas más sórdidos: Carroña, Letanías de Satán, le llegaron temprano. También cuenta aquí su lectura de Emily Dickinson. De ella, de su lectura y vindicación tenemos un claro ejemplo en la obra de Mariana Enríquez:

«Elegí, eso sí, la traducción de Silvina a la frase “our share of night” (“nuestra parte de noche”) para el título de mi novela. En la primera versión, la de Manent, decía “nuestra porción de noche”, que a mí me sonaba a  porción  de  pizza:  la  elección  de  Ocampo  es  mucho mejor, quizá menos literal.»

Comparto con la autora, que habla aquí de traducciones, el siguiente parecer: 

«Quizá la traducción  y  la  poesía  sean  del  todo  incompatibles,  y  no  me parece grave, aunque frustre y se ofendan los traductores.»

Obras citadas: Las flores del mal, Diarios íntimos, El paraíso perdido, Los paraísos artificiales, Venus negra, New York City in 1979, Mademoiselle Baudelaire, Nuestra parte de noche, La tierra baldía.

Los camarotes 

Manías de lectora.

La isla de los cirujanos descarriados 

El islote dedicado a la precisión quirúrgica de Ballard. A sus espacios liminales. 

Obras: Crash, La exhibición de atrocidades, Noches de cocaína, 

Las velas

Sobre lecturas obligadas y críticos que levantan ampollas. Sobre los autores que no puede leer o que no le gustan: Proust, Pynchon, Yourcenar y Durás… y detesta a Austen. No me extraña, Jane Austen es su némesis temático, estilístico… 

Obras citadas: En busca del tiempo perdido, Por el camino de Swann, El entenado.

La isla de la ciudad sintiente 

Sobre psicogeografía y el potencial de las ciudades como personajes. Como entes vivos. El genius loci del que yo tan descreído soy.

Obras anotadas aquí: White Chappell,   Scarlet Tracing y  Lights Out for the Territory: 9 Excursions in the Secret History of London, American Smoke, Walking With  Ghosts, La teoría  de  la  deriva, El caso de la calle Clerkenwell Green, Desde el infierno, Otro Mundo, The Great When, Los tres impostores, Calle  desconocida, Luna de enfrente, El Sur, El Aleph, Adán Buenoysaires, La divina comedia, Un joven viaja a Londres, La  otra  noche  de Tlatelolco, La fiesta brava, Matilde Espejo, La mujer que camina para atrás.

Las marejadas

Sobre el origen y el género de sus lecturas e influencias.

La isla de la juventud 

Enríquez nos cuenta su juventud lectora. Años en los que, a diferencia de ahora, no existe el género young adult. Y cuenta episodios de su vida, de una juventud en un país sometido por un Estado atrabiliario. Una juventud, como casi todas, presa de su

tiempo:

«Para mi generación, las nociones de sexo e intimidad estaban atravesadas por la enfermedad más que por el placer. Por eso la literatura era tan poco vital: éramos hijos de, por un lado, la derrota del idealismo político y, por el otro, de la plaga.»

Tiempo de lecturas y de descubrir autores/as. Tiempo de fanzines. 

Marineros

¿Quieres saber qué opina Mariana Enríquez sobre hacer reseñas y leer novedades editoriales? Pues en este breve episodio está y es exactamente lo que pensamos muchos.

La isla de la melena roja

Sylvia Plath. Con ella y con Ted Hughes, Enríquez descubrió que la maldad, el amor que es desamor, la humillación… también funcionan como materia prima literaria. 

Las arenas

Dedicado a Silvina Ocampo. Sobre leer toda la obra de una autora y hacerlo por orden. La vida pasando ante tus ojos.

La isla de las fiebres

La enfermedad en la literatura. Tantas veces silenciada, las más de ellas adscrita a personajes secundarios que la santifican antes que mostrarla en su cruel realidad. De ahí pasa a la Literatura del SIDA, en un recorrido que es casi una tesina. Le interesa a Enríquez más que a gente de generaciones posteriores. Pero deja píldoras excelentes:

«las consecuencias de ser príncipe de la noche eran las de esta muerte dolorosa y suburbana»

Excelente epítome para explicar una enfermedad así.

Las orillas

Qué pieza tan pequeña, pero cuánto revela. No te cuento más.

La isla de las reliquias

La historia de John Keats. Sorprende lo inclinado que está su libro a poetas, más que a novelistas. Sí, tal vez por eso la prosa de Mariana es tan sólida y atractiva.

Las redes

Nueve líneas —sin desperdicio— sobre su proceso de lectura-escritura.

La isla de los inolvidables

Un juego con ella misma. Joyce, Le Guin, Nabokov, Pizarnik…

Los remolinos 

Llevar libros al retrete…

La isla de la abyección 

Lo más nefando que ha presenciado como lectora…

Los faros

Su vida y comadreo con otros autores. El magnífico aquelarre de los escritores.

La isla política 

Intrínsecamente argentino. Universalmente aplicable. 

Los acantilados

Políticamente correcto. 

La isla de mi boom

Su canon personal del boom de la literatura hispanoamericana. 

Personal no, personalísimo. 

De Sábato a Bolaño.

Las playas 

Un café de tarde con Hebe Uhart.

La isla de los olvidados

Uno de los capítulos más interesantes. Cuenta cosas de Henry Miller, de Anäis Nin, de Ian McEwan —tan perturbado en sus inicios como pacato en sus más recientes novelas—, que muchos ya sabrán pero a otros muchos nos resultan sorprendentes. Me ha provocado una necesidad de leer Una cuestión personal de Kenzaburo Oé.

La bajamar

Un apunte menor. Simpático, pero menor. Una pausa de hidratación en un partido de verano.

La isla gótica y sureña

Un análisis del sur de los Estados Unidos. En lo literario, con Faulkner a la cabeza, y en lo social, con la hipocresía del puritanismo protestante a la cabeza.

La espuma

Otro apunte breve. Como la espuma que hace la Coca-Cola al servirla, apenas dura un instante.

La isla del gran súper terror

Una antología de antologías de terror. 

La isla sangrienta

Esta es la crónica de las lecturas vampíricas de Enríquez. Interesantísimo de principio a fin. Stoker, Anne Rice y Pizarnik. 

Sí, y Pizarnik. 

Los puertos

Sobre talleres de escritura y sobre clubes de lectura. Suscribo esto que dice aquí. 

La isla de los dioses

Sobre Lovecraft. Enríquez no es una fan de su cosmogonía y las apenas tres páginas que le dedica saben más de paso que las referidas a otros autores/as.

Los arrecifes

Muchos libros para tan poca vida.

La más rara de las islas 

El weird. La nueva ficción rara, sea eso lo que sea…

Los manglares

Releer: rememorar e y reinterpretar.

La isla de los visitantes

De mujeres, fantasmas, contacto sobrenatural… y Henry James dándole otra vuelta a su tuerca.

Las boyas

Anecdótico. Sobre esos libros que buscas durante toda una vida.

La isla de carne y hueso

Un interesante punto de vista sobre los Libros de Sangre de Clive Barker.

Las canoas

Los libros en la mesilla de Mariana Enríquez.

En ancla

Mariana Enríquez y su marido se han ido a vivir a Launceston, Tasmania. Este libro se termina de escribir en abril de 2025.

Los libros de Mariana, los que han dado pavimento a este libro, vienen de viaje en barco. Espero que hayan llegado con bien. 

Mucho más que lecturas…

Mucho de ella misma en esta obra. Y a medida que descubres qué ha leído, te cuenta más detalles de su existencia que nada tienen que ver con libros.

Su casa —estilo acumulado— de infancia en Lanús, sin living pero con bibliotecas; una niña imaginativa, una infancia en una Argentina bajo dictadura, que detestaba las lecturas cursis, la del cuaderno de tapas rosas donde anota las lecturas que le sugieren, que no gusta de Las mil y una noches ni de Kafka, pero sí Lord Byron, que se opone a la cultura de la cancelación, pero le hace alguna concesión, no sea que la cancelen a ella; la que se marea si lee en el coche, la que lee cuatro libros a la vez, con la condición de que no sean del mismo género; que no quiere al Cortázar novelista, pero adora al cuentista; que no ambiciona ejemplares firmados, ni primeras ediciones; la que subraya con lápiz (nunca bolígrafo) sus libros, la que tiene cinco mil libros, pero también tablet y Kindle; la que tiene el Romancero gitano entre sus preferidos, la que no lee al aire libre, ni en el retrete; 

Aquí no se cita una obra de Stendhal:  “Recuerdos de egotismo”. Pero este libro, testimonio excepcional de su vida parisina y su introspección literaria encuentra un eco en este. Aquí diremos, introspección lectora, más concretamente, pero es un libro para conocer más a Mariana Enríquez y haberlo además de boca suya y a través de sus lecturas.

Esa forma suya

Me encanta esa manera de escribir suya. Parece franca, directa, pero te regala cada tanto alguna salida lírica…

Están esas palabras lanusenses, argentinas, tan acostumbradas allá, como frescas para España: rotosa, criteriosa, renga, revoque, zonzo, berreta, un llamado… Quizá no sea un activo del libro, pero para mi experiencia subjetiva, sin duda que sí.

Una escritora hablando de literatura 

Cualquier interesado en Literatura ama uno de estos libros. Una escritora anotando sus lecturas, sus influencias, sus deudas narrativas… 

Sea más o menos, ya depende de tu aprecio por el autor/a que lo firma.

Esta es una obra metaliteraria que a mí me gustó mucho. No oculto que me gustó porque soy seguidor de la autora argentina. Pero encuentro un rasgo particular en este libro lleno del sano egotismo de Stendhal —imprescindible en este caso el hablar de ella misma—: no es apenas autorreferencial en lo bibliográfico. De quien menos habla Mariana es de Mariana Enríquez. Te regala, en cambio, un repaso por muchos aspectos literarios, esquinas, cerraduras y ángulos que te llevan en brazos sobre las páginas. Sin noción del tiempo que llevas leyendo. Solo un lector —tú—, hablando con otra, Mariana Enríquez. 

Lo mejor de este libro es que no conversas con Batman, sino con Bruce Wayne. No estás con la Enríquez escritora, sino con Mariana, la lectora. 

Valora este libro

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Ya que has encontrado útil este contenido...

¡Sígueme en los medios sociales!

¡Siento que este libro no te parezca interesante!

¡Déjame saber qué libros son tus preferidos!

Cuéntame, ¿qué es lo que no te gusta de este libro?

¿Te gusta leer?

Recibe mis reseñas en tu correo

¡Sin spam! No te mando nada más que reseñas

Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

Deja una respuesta