El valle de las sombras (2011) de Jerónimo Tristante

El valle de las sombras de Jerónimo Tristante
4.7
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El valle de las sombras (2011). Una novela escrita por Jerónimo Tristante. Puedes adqurirlo en este enlace, aunque si quieres mi edición exacta —que es de 2022— lo tienes en Editorial Algaida en este otro enlace. 351 páginas.

Hace cinco minutos que he apagado el televisor. En el telediario, miraba un resumen de la actualidad del conflicto ruso-ucraniano. Una guerra con drones, misiles de largo alcance y entidades supranacionales embarrando más de lo que solucionan. Abro el libro y entro en una Guerra de hace casi cien años —aunque muchos no quieran verlo—, en la que los contendientes se batían en duelo de tú a tú, casi a bayoneta calada.

Una novela sobre la España cainita. Entro con cautela a su lectura. No tengo conocimiento previo del autor y sé que la novela es continuación de “36“, una obra enfocada en la Guerra Civil Española, precuela de ésta y que yo no he leído.

Pero tengo entendido que es autoconclusiva así que sin reparos. A término de la lectura, te digo que sí, que no necesitas haber leído nada previo para abordarla con total comprensión.

La novela, de base histórica, presenta una lectura ágil. No me parece escorada a un lado de la contienda ni sesgada. Hablará de la crueldad de la guerra y de la dictadura franquista, pero no es ciega al horror compartido y a la división interna en el bando republicano:

«Las autoridades franquistas no habían sabido ni querido entender que, en general, aquellos que se habían comportado como criminales —los hubo en ambos bandos— se encargaron de poner pies en polvorosa, mientras que los pobres desgraciados que habían luchado por corresponderle por su quinta o que sólo habían participado como carne de cañón se quedaron en España pensando que nada tenían que temer.»

El valle de las sombras (2011) Jerónimo Tristante

No fue así, pues la guerra se convirtió en la excusa perfecta para que se dieran múltiples ajustes de cuentas que a veces no tenían nada que ver con la política, sino con viejas rencillas en pueblos, ciudades, venganzas personales y conflictos entre familias.

En fin, la historia de entonces. Nada que no supiéramos ya.

Como digo, propone una lectura amena. No es de un historicismo erudito y pesado. Es más bien épica.

Yo diría que tiene dos lecturas. Una, amena y ágil, la que sigue la trama de los personajes principales: muy conseguida y entretenida.

Otra, la lectura profunda, la del conflicto. Una mirada a una sociedad rota. Totalmente rota. Atrabiliaria, cainita, donde todo el mundo quiere imponer su ideología; sectaria. Un país que sale malparado de una guerra donde se han cometido crímenes atroces por todas partes. De esas crueldades se obtiene un país avergonzado, donde unos son vencedores sin gloria y otros perdedores sin inocencia. Esto lo refleja muy bien el autor, que huye de cualquier sofisma maniqueísta.

El argumento

Estamos en plena posguerra. El régimen franquista levanta un monumental complejo en el Valle de Cuelgamuros. Su construcción, de dimensiones faraónicas, requiere ingentes cantidades de mano de obra. En las circunstancias de hambruna y carestía que vive el país, se decide utilizar a los presos políticos, que se cuentan por miles, para trabajar en el proyecto.

Es allí donde llegará Juan Antonio Tornell. Antiguo comisario en Barcelona, ahora macilento preso desvencijado que llega a Cuelgamuros como mal menor.

Son los años del hambre y el estraperlo. Robar comida de la destinada a los trabajadores y revenderla al ciudadano a precio de oro es un negocio que pronto atrae las atenciones de los facinerosos. Roberto Alemán, héroe de Guerra, llega encargado por el poder, para investigar quién está robando esos alimentos, mermando las energías del trabajador y dejando a Franco sin su ansiado mausoleo. Entonces sucede un crimen que cambia el rumbo de la historia y unirá al héroe falangista y el héroe republicano en una misión común.

La relación entre ambos, es la novela. Una historia sobre la amistad, donde la unión y el entendimiento de dos almas, puede ser más fuerte que una guerra. Una novela dura, cruel, descarnada, inmisericorde pero optimista, esperanzada y positiva.

Compleja y completa.

Temas de fondo

El enfrentamiento, la guerra. Este es el paisaje constante al fondo. Pero esto resulta demasiado obvio de decir en una reseña. No, en el libro hay mucho más.

Subyace la idea del desencanto. El hombre ideológico, —paradigma del siglo veinte— aparece reflejado con fuerza. Su desilusión, viendo en qué degenera la ideología que un día defendió, queda bien retratada. No sólo en el lado del falangista. También en el republicano. Se insiste mucho en la denuncia de quienes defendían la República desde la teoría y la política, y quienes lo hicieron con su sangre y las de sus familias. Es un concepto al que se vuelve de manera constante:

«las autoridades franquistas no habían sabido ni querido entender que, en general, aquellos que se habían comportado como criminales —los hubo en ambos bandos— se encargaron de poner pies en polvorosa, mientras que los pobres desgraciados que habían luchado por corresponderle por su quinta o que sólo habían participado como carne de cañón se quedaron en España pensando que nada tenían que temer.» (pág. 27)

«Una lástima, pero era demasiado lo que muchos habían pasado para llegar hasta allí, mientras que otros vivían en el extranjero con el dinero de la República» (pág. 75)

«Algunos, los menos, seguían creyendo y venían y le contaban que los dirigentes de la República seguían reuniéndose en el extranjero. Caraduras. Y los presos en Cuelgamuros penando por ellos. Sentía que se le llevaba la rabia. Los dirigentes en el extranjero, con dinero, reuniéndose en los cafés hablando de cosas imposibles, celebrando consejos de ministros de un gobierno sin país que gobernar. Bla, bla, bla… eso eran. Fantoches, catamañanas y charlatanes de feria.» (pág. 174)

El valle de las sombras (2011) Jerónimo Tristante

Hay, también, una mirada de profunda autocrítica. Incluso en el bando derrotado, habitualmente sólo presentado como la víctima que fue:

«Nunca estuve de acuerdo con lo que ocurría en las checas»

El valle de las sombras (2011) Jerónimo Tristante

Habla mucho de la contingencia. En qué bando estabas, para muchísimas personas fue una decisión no tan política como coyuntural. Es decir, hubo muchos que fueron lo que fueron porque les tocó, o por instinto de superviviencia:

«Hubo dos guerras, o mejor, tres. Lo había pensado muchas veces: primero la de los convencidos, fanáticos de uno y otro bando que mataban fríamente y que consideraban algo lícito la eliminación del enemigo. La segunda la de gente como él, pobres desgraciados que habían tomado parte por uno u otro bando tras perder a familiares o amigos que habían sufrido la represión de cualquiera que fuera el enemigo. Y la tercera la de la mayoría, gente de la calle que por su quinta, y sin comerlo ni beberlo, habían tenido que luchar, padecer y morir por lo que otros le ordenaban. »

El valle de las sombras (2011) Jerónimo Tristante

Es un libro que explora la condición humana. Ya he dicho que no es un tratado de historia sobre la Guerra Civil. Es una mirada al ser humano en medio de ese horror.

«Enséñame a llorar» es una frase que resume el libro. Todos víctimas de un tiempo que sesgó vidas. Nadie, salvo los de arriba, salió con bien de ese conflicto.

Un libro audaz por el tema que acomete. Una novela sensible, cargada de universalidad cuando su contexto apuntaba a localismo, a partidismo y a ideología. El ser humano es el mismo, caiga en el bando que caiga. Adolece de lo mismo y es capaz de lo mejor y lo peor. El mensaje de este libro, puede aplicarse a cualquier guerra, a cualquier momento. Creo que esa mirada cosmológica es la gran bala que dispara Jerónimo Tristante en esta novela que tanto me ha gustado.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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