Reseña de Clarissa de Stefan Zweig

Reseña de Clarissa de Stefan Zweig
4.2
(156)

Clarissa
Stefan Zweig
Austria
1981 (póstumo e inacabado)
Editorial Acantilado
199 páginas

Me llamaba mucho la atención este libro. Tiene ese halo póstumo y ese condensar todo el mensaje moral de Zweig. Me apetecía descubrirlo.

Clarissa. Ella es la protagonista, el arco dramático, la trama, el mensaje entre líneas, la obra toda.

Clarissa no tiene una infancia afable. Huérfana de madre, queda expuesta a un trasiego de familiares hasta que ingresa en una escuela conventual, severa a la par que aburrida de la que ya saldrá siendo mujer. Hija de un alto mando del Estado Mayor austríaco, maniático, depresivo y excesivamente propenso al orden y el reporte. Los problemas fronterizos a los que hace frente, más que militares son familiares, porque no sabe separar la rigidez militar de la suavidad necesaria al trato familiar. Clarissa crece como cualquier niño, queriendo agradar a sus progenitores. La exigencia desmedida de su padre tizna de pesar el poco recuerdo que tiene de su infancia.

Alrededor de los veinte años, está totalmente desvinculada del padre. Buscando más los horizontes vitales que un salario, comienza a trabajar como secretaria y mecanógrafa a las órdenes de un prestigioso investigador en el campo de la psicología, neurótico, narcisista y opuesto a Freud. A petición de éste, asistirá a un congreso sobre psicología infantil en Lucerna (Suiza). Allí conoce al francés Leonard —organizador del congreso internacional— y entre conversaciones existencialistas que sondean las ideologías que alboreaban a principios del siglo pasado, descubre por primera vez el enamoramiento y la conexión con otra persona. Pasarán juntos el mes posterior al congreso de pedagogía en un viaje romántico, excesivamente ñoño para el parecer actual, aunque no exento del roce que antes —como ahora— engendraba vida. En medio de ese romance estalla la Primera Guerra Mundial y siendo la una austriaca y el otro francés, les toca separarse, cada uno a su país y a su bando. Ya en el frente, donde sirve como enfermera de contingencias, Clarissa descubre que está embarazada. Espera un hijo del enemigo. Un hijo extramarital de un francés crece en el vientre de una austríaca, hija de un general del Estado Mayor del imperio.

A partir de aquí, el conflicto es latente.

Reseña de Clarissa de Stefan Zweig

No se puede soslayar el marco histórico. Estamos en Austria. A comienzos del siglo XX. Concretamente, la novela abarca de 1902 a 1930. Un imperio que ha perdido el lustre, al que todos sus vecinos le han cogido la delantera y para colmo de males —como suele pasar a todo imperio en decadencia—, solo ellos permanecen ajenos a esa nueva realidad.

La Primera Guerra Mundial marca la vida de los personajes. Lógico, marcó la vida de toda una generación. Un europeísta y pacifista como Zweig no deja pasar la ocasión de atizar la guerra a través de sus personajes. Se referirá incluso a una psicosis cronificada general y de locos.

Es la época del nuevo despertar científico. La psicología, la pedagogía (María Montessori y Ellen Key marcaban el cambio de paradigma) las ciencias humanas en conjunto, abrazaban nuevas hipótesis. Las mujeres empezaban a ocupar nuevos puestos de trabajo: pedagoga, maestra, taquígrafa, secretaria… pero en un espectro muy limitado, al que la propia Clarissa ha de ceñirse.

El aborto es un tema importante en la novela. Se aborda de una forma magistral. Sin moralinas a favor ni en contra. Con empatía y con sensibilidad. Con una destreza literaria y con una mirada que no está al alcance de un legislador sino solo de un genio lúcido como el de Zweig.

Hay que analizar a Clarissa por encima de todo. Es el gran personaje de la obra. Casi el único, a excepción de su padre, el estadista estadístico. Los demás apenas son una comparsa. Clarissa, una mujer fuerte, firme en sus convicciones y con capacidad intelectual, sucumbe siempre al capricho de los demás. De su padre —especialmente vive siempre sintiéndose indigna de él—, de su jefe, de Léonard el francés que la embaraza, de Brancoric su esposo… Se pliega a todos, pareciera que por la contingencia de la guerra, pero la obra abarca un periodo superior al conflicto. No, creo que Clarissa no tuvo una infancia normal y eso marca su forma de relacionarse con los demás. Con frialdad, de manera interesada, pero siempre sensible a la mínima muestra de atención e interés por parte del otro.

Si te gustan las novelas trascendentes te gusta Zweig. Literatura en estado puro.

El estilo de Zweig es moderno. Frases muy cortas, mensajes muy claros, escenas muy diáfanas. Carece del abigarramiento de siglos anteriores. La preocupación está en cómo los personajes entienden el mundo, la vida, sus emociones… Zweig en estado puro.

El final me parece un poco precipitado. No podemos culpar de esto al autor, la obra quedó inacabada. Me parece una obra menor, de un autor superior, pero una obra menor en Stefan Zweig significa un libro que merece muy mucho la pena colocar en tu estantería. Además, la edición de Acantilado me parece muy bien trabajada.

Aborda muchos temas complejos. La guerra y su impacto en la vida de la gente sencilla. Los pequeños, como así son llamados aquí. La mujer. El sacrificio que ha de hacerse por sacar adelante a los hijos en una sociedad injusta y represiva. La dicotomía entre corazón y deber, etc.

Si te gustan las novelas trascendentes te gusta Zweig. Literatura en estado puro.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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