La armadura de la luz. (Saga Los Pilares de la Tierra #5)

La armadura de la luz
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De nuevo Ken Follet con una novela extensa y coral. ¿Está estirando el chicle de Los pilares de la tierra? ¿Se le pone bajo el paraguas de la saga para hacerlo vendible aunque no tenga relación alguna con aquella saga, más que una cita a Kingsbridge?

No. El propio Follett dice haberse dado cuenta de que su obra ha girado en torno a casi diez libros (cinco de la saga de Los pilares de la tierra y otros tres de Century a los que podemos añadir Nunca) en los que ha reflejado la batalla de la civilización, del ser humano si se quiere, por su libertad. Todos están interconectados por ese hilo conductor: las sociedades de todos los tiempos llenas de personas que en contextos muy diferentes clamaron una misma súplica: libertad.

Y un “No” más. Follett ya no necesita demasiadas estrategias comerciales. Follett vende miles de ejemplares casi antes de imprimirlos. Todas sus novelas regalan al lector un disfrute entre sus páginas, una trama interesante capaz de combinar muchos arcos narrativos a la vez y con maestría. Le precede tanto éxito que, cualquier novela suya, se vende como rosquillas nada más salir.

La armadura de la luz. Por derecho propio, una novela de pedigrí del autor. Y ahora viene la reseña en cuatro palabras: de sus mejores obras.

Y ahora me explicaré.

Contexto de La armadura de la luz

Estamos en Kingsbridge. Se trata de una aldea en la que la mayoría de la población vive del negocio textil. El común de las personas, trabajan 16 horas de lunes a viernes y 12 horas los sábados a cambio de unos salarios muy reducidos.

Se trata de una industria muy elemental. Con el correr de los capítulos, iremos viendo una evolución desde la rudimentaria rueca, hasta maquinarias más complejas que permiten producir mucho más hilo y mucha más tela a la vez que van dejando sin empleo a un porcentaje muy importante de la población. Luces y sombras de la Revolución Industrial.

Anotaremos un tercer factor. La Revolución Francesa y la llegada de Napoleón Bonaparte, al poder van a involucrar a Inglaterra en una guerra de muy larga duración. La aristocracia británica temía que los levantamientos acaecidos en Francia se vieran repetidos en Inglaterra. La guerra provoca una inflación, una escasez de elementos básicos y un gran descontento entre la población, que es reclutada contra su voluntad.

Condiciones laborales, desarrollo técnico y guerra. Esos tres factores puestos juntos hacen aflorar en Inglaterra un incipiente sentimiento sindicalista. Los poderosos uso caciquil del poder legislativo para prohibir libertades tales como la de asociación, la de expresión o la de reunión.

La novela relata la lucha del pueblo contra todo esto.

La trama

Follett plantea otra novela coral. Una más, en sus sagas siempre elige este esquema. Lo mejor es ir anotando los personajes y su contexto. Tú, lector/a, deberás conocer las peripecias que les toca vivir.

La armadura de la luz

Como siempre, tenemos varios —muchos— arcos narrativos magistralmente mezclados. Dichos hilos argumentales se corresponden con distintos grupos de personajes. Es un esquema ambicioso que sin embargo Follett ya ha explotado con éxito en no pocas oportunidades.

1792-1793. Badford. Aldea próxima a Kingsbridge. Inglaterra.

Sal, su esposo Harry y su hijo Kit. Sal va con el rancho al campo en el que trabaja su marido recogiendo nabos. Allí lo encuentra bajo la tutela de Will Ridick, un patán hijo del terrateniente. El muy cafre, se empeña —contra el consejo prudente de todos los jornaleros— en sobrecargar una vieja carreta y provoca un accidente en el que Harry saldrá muy, pero que muy mal parado. Faltaban sólo siete años para que apareciera el primer sindicato en Inglaterra. Más que justificado.

Sal en su casa tiene una rueca. Las campesinas en su casa recibían vellones de lana, los cardaban y los ordenaban en ovillos con los que después, en un telar, se hacían los paños. Los paños eran una de las industrias más importantes de la Inglaterra de principios del siglo XIX.

ofrecía a muchos vecinos una ocupación alternativa al mal pagado trabajo agrícola

Aparece el personaje de Amos. Trabaja en la empresa textil familiar. Tiene sueños de progreso y es un personaje íntegro y de ideas muy avanzadas para su tiempo. A través de él veremos cómo surgen máquinas de hilar Jenny o simplemente Spinning Jenny. Esta innovación fue inventada por James Hargreaves en 1764 y revolucionó la industria textil al aumentar significativamente la velocidad y eficiencia del proceso de hilado. Esto tiene mucho significado en la novela.

También conocemos a los Latimer de Kingsbridge. Stephen, el obispo, su esposa Arabella, mujer insatisfecha, y su hija Elsie, activista y defensora de las clases más desfavorecidas. Viven en una opulencia palaciega. Elsie inicia un proyecto social: una escuela dominical para niños pobres. La educación de clases sociales a las que tradicionalmente les había sido negada, forma parte del mensaje central de esta novela.

La comunidad metodista también tiene un papel importante.

Y también hay que citar a Hornbeam. Este es el epítome del proto capitalismo agresivo. Es un hombre hecho a sí mismo, de carácter maquiavélico, exento de escrúpulos, que vive explotando a cientos de empleados a los que desprecia y a los que no reconoce los derechos más elementales, siendo esto último, causa directa de lo anterior.

Todos, lucharán por unas mejores condiciones de vida. Hornbeam, representa el statu quo que tratará de mantener los privilegios para seguir acumulando riqueza, y desde la riqueza, el poder político.

Muchos arcos narrativos, generando muchos elementos de conflicto. De los trabajadores explotados contra sus explotadores, de los súbditos contra la aristocracia, de las naciones independientes europeas contra el expansionismo imperial de Napoleón. De las mujeres contra esquemas sociales que las obligan a cohabitar con hombres repugnantes.

Unos abrazaron las ideas francesas y otros no. Lo que parece claro es que el siglo XVIII devino en la aparición de un nuevo individuo con conciencia social, con una autoconciencia de los derechos inalienables desconocida antes. Emergió, frente al concepto clásico del súbdito, el de ciudadano.

Y el pueblo descubrió el conocimiento. Esa es la armadura de la luz, que es a un mismo tiempo título de esta obra y cita bíblica. En la Biblia se habla de la armadura de la luz, refiriéndose a la sabiduría. El juego que plantea Follett con esta novela es que ese nuevo ciudadano, puede tomar el ascensor social y salir de la pobreza en un viaje hacia la prosperidad que vendrá del conocimiento. Y esa sabiduría adquirida será la armadura que lo protegerá de abuso que ha venido padeciendo.

La clase dominante no aceptará sin más el cambio social:

Proyecto de Ley de Asociación de los Trabajadores, que convertía en delito el hecho de que los peones se reunieran o asociaran con el fin de pedir un aumento del salario o interferir de cualquier otro modo en la libertad de los patrones para hacer lo que gustasen

Página 372

En esta novela se aprecia con rotundidad. Como es habitual en la producción de Ken Follett acompañamos a los mismos personajes a través de un arco temporal, muy dilatado, que nos permite conocerlos en su juventud o incluso infancia y acompañarlos hasta su madurez o incluso muerte. A lo largo de ese recorrido, veremos a muchos de ellos pasar de ser humildes siervos campesinos a eminentes ciudadanos gracias a que han adquirido destrezas y conocimientos relacionados con la Revolución Industrial. El desarrollismo, empezó mandando al paro a miles, pero a la postre, fue un ámbito técnico donde, quien dominaba la nueva mecanización, podría mirar cara a cara a los ricos y poderosos o incluso rebasarlos.

El ascensor social en el conocimiento, no la sublevación sangrienta. Si la vía francesa fue la guillotina, la británica fue la máquina de vapor y el desarrollo ultranza del comercio libre.

Estilo

Todas las virtudes del autor aunadas. En el primer capítulo, ya sabes que estás con un libro suyo entre tus manos. Será esa expresión delicada con mucho regusto británico, pero al servicio de una acción trepidante y con capacidad de generar conflicto a raudales. Será la potencia de las imágenes literarias que evoca con precisión láser. Será esa capacidad para aportarte contexto sin hacértelo aburrido o anticlímax.

Tiene su fórmula, de acuerdo. Sus libros se acaban pareciendo, concuerdo. Pero qué buenos son y cuánto se disfrutan.

Temas de fondo

Estamos ante el retrato de una época.

La libertad. La lucha por la libertad. Tal vez el gran tema inspirador de lo más significativo de la obra de Follett.

Hay un interés claro por mostrar un periodo histórico. La Inglaterra de la Revolución Industrial. Los cambios que la mecanización introdujo en las sociedades, hasta entonces muy rudimentarias. Cambios que, por su naturaleza mejorarían las condiciones de vida de las personas, pero que por los abusos de los pudientes, fueron causa de explotación inmisericorde. Jornadas laborales de catorce horas de lunes a viernes y de doce horas los sábados. En apenas unos veinte años, los procesos industriales avanzaron cien veces más que en los veinte siglos anteriores.

El vapor era más estable que el agua del río, cuya fuerza variaba de un día para otro, y más potente que un caballo o un buey. Ya se empleaba en centenares de fábricas, sobre todo en el norte de Inglaterra. Kingsbridge había tardado en sumarse a esa nueva tecnología, pero por fin había llegado el día.

Pag 314

En el pasado, los trabajadores se rebelaron contra las máquinas nuevas.

PÁGINA 322

Aparece ya una incipiente vida universitaria. Restringida, claro está, a las familias adineradas.

Se habla de una Inglaterra de diversidad religiosa. Del anglicanismo más próximo al catolicismo del que se escindió por un regio capricho eréctil a las distintas ramas protestantes.

De lo que la Cámara de los Lores tenía miedo en realidad era de que estallase una revolución como la de Francia

Pág 384

La Revolución Francesa y la amenaza que suponía para Europa. Es uno de los grandes temas al fondo. Veremos su necesidad, dadas las condiciones de abuso en que vivía la inmensa mayoría de la población y veremos también la forma sanguinaria en que se impuso. A este respecto, la novela es muy realista, nada maniquea. En Inglaterra, el pueblo se identificaba con el inspirador levantamiento francés, mientras que la aristrocracia posaba la vista en la guillotina y la barbarie.

La dilatada guerra europea contra Napoleón. Una guerra que duró muchos años, y cuyo impacto también fue desigual dependiendo de la clase social. A los pobres les supuso una inflación y escasez de la que ya hemos hablado, además de ser reclutados como carne de cañón.

Esta maldita guerra… —dijo—. Llevamos ya veintidós años y aún no se ha terminado del todo. Toda nuestra vida adulta hemos tenido que soportar que nos arruine los negocios, además de los disturbios por el pan, la destrucción de maquinaria y las leyes que convierten en un delito cualquier crítica al gobierno

Pág 608

A los ricos les afectó en menor medida. Incluso en algunos casos se tradujo en oportunidades:

Hornbeam era capaz de suministrar él solo todo el paño que requería la Milicia de Shiring y servir a muchos otros clientes al mismo tiempo. Únicamente esperaba que la paz no llegara nunca.

Pág 399

La mujer es otra vez un tema importante. Sus condiciones de vida sometidas al hombre, su creciente participación en la esfera pública, las opiniones consolidadas y convencidas de que eran incapaces en comparación con el hombre. De nuevo Follett apuesta por mujeres fuertes, a la contra de su tiempo, en avance, para ser protagonistas de su novela. Y nos deja ver un retrato de aquel proto feminismo:

la ley considera iguales a todos los hombres. —Solo a los hombres. —Me temo que sí. Bonaparte es reacio a los derechos de las mujeres.

Pág 471

Conclusión

Una novela muy interesante y muy bien escrita. Léase como debe leerse. Esto es, sabiendo que Follett no escribe una novela histórica, sino una novela de ambientación histórica. Para el autor, la prioridad no es el hecho histórico, sino imaginar la vida de personas, anónimas y comunes dentro de esos hechos históricos. Esto, le da cierta libertad creativa y no cabe juzgar su obra con una puntillosa mirada historicista, sino con una admirada Intención literaria. Graduadas las gafas con ese cristal, descubriremos una vez más, a un autor con una capacidad proverbial para crear grandes historias en las que muchas subtramas se combinan con maestría para generar una gran trama en la que el lector queda irremediablemente atrapado.

Más de 800 páginas que se leen en un suspiro. Temas de fondo muy importantes que se tratan, bien es verdad que no, de manera exhaustiva, pero sí suficiente, y con una moraleja o enseñanza importante que cala hondo en el lector gracias a lo bien escrita que está la novela.

Dejemos de asociar éxito comercial con la falta de mérito literario. Es una generalización, con un margen de error obsceno y además es esnob

Dejemos de asociar éxito comercial y falta de mérito literario. Dejemos de hacerlo porque no todo lo comercial es chabacano, porque estamos asumiendo que lo que triunfa se deberá siempre a la vulgaridad de un pueblo analfabeto. Aceptemos que a veces, y solo a veces, hay escritores que nos pondrán de acuerdo a todos y probablemente Follett sea uno de ellos. Uno de los mejores novelistas de nuestro presente.

Una novela excelente. Léanla.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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