- La peluquera y Proust
- Stéphane Carlier
- 2022
- Traducción y edición 2024
- Duomo Ediciones
- Colección Nefelibata
¿Puede un libro cambiar completamente la vida de alguien? Esta es la pregunta que plantea esta novela.
La peluquera y Proust es una historia de reinvención. Cómo puede el pensamiento crítico, —el ejercicio de la subjetividad activa— mostrarnos una visión distinta del mundo. El encuentro con la obra de Proust llevará a Clara a tomar una nueva perspectiva sobre la vida que otros diseñaron para ella, sobre una existencia monótona y con la que no siente identidad. La buena literatura educa el pensamiento crítico, lo estimula. Una persona capaz de pensar críticamente, inmediatamente cambia.
Como dice una célebre cita:
«Si yo fuera un objeto pensaría objetivamente, pero como soy un sujeto, pienso subjetivamente.»
El pensamiento crítico nos convierte en sujetos. Lo contrario, en objetos, que por su naturaleza, pueden ser manipulados por los demás.
Proust
Una obra que exige conocer a Proust para disfrutar plenamente. La principal aportación de Marcel Proust a la literatura es su obra monumental “À la recherche du temps perdu” (En busca del tiempo perdido). Esta serie de novelas, publicada en siete volúmenes entre 1913 y 1927, es considerada una de las cumbres de la literatura mundial.
Me resulta complicado resumir el contenido de semejante monumento. Digamos que lo que Proust quiso hacer con su obra magna es exploración del tiempo y la memoria: Proust examina cómo el tiempo y la memoria afectan la percepción y la identidad. Usa una técnica conocida como “memoria involuntaria” para ilustrar cómo los recuerdos pueden surgir de manera inesperada, lo que revela profundidades ocultas del pasado. De aquí viene el clásico ejemplo de la Magdalena de Proust, del que seguro que habrás escuchado hablar. En esta escena, el protagonista, al mojar una magdalena en té, experimenta una serie de recuerdos vívidos de su infancia, desencadenados por el sabor del pastel. Esta experiencia ilustra la idea de “memoria involuntaria”, donde los sentidos, como el gusto y el olfato, pueden evocar recuerdos profundos y olvidados. En términos sencillos, la magdalena simboliza cómo pequeños detalles de la vida cotidiana pueden tener el poder de reconectarnos con nuestro pasado de manera inesperada, revelando la relación íntima entre los sentidos, la memoria y la identidad. Esta escena es emblemática en la literatura por cómo representa el poder de los recuerdos sensoriales para traer al presente momentos olvidados y emociones pasadas.
Ese es Marcel Proust para la historia de la literatura. El gran autor del subjetivismo en la persona y su percepción del presente y del pasado.
Y ahora, vamos a ver cómo encaja con esta novela.
La premisa de La peluquera y Proust
Una peluquería en horas bajas, un tanto obsoleta. A los mandos, Madame Habib. Clara es su escudera. Nolwenn es la tercera de abordo. Patrick solo trabaja los fines de semana, un talento decadente y desperdiciado.
Madame Habib vive una vida infeliz. Un esposo que la abandonó; una hija a la que no ve; un pasado parisino que recuerda con demasiada idealización. Es fan a ultranza de Jacques Chirac, gran europeísta y mal economista.
La protagonista es Clara. Vive con su novio, Don Perfecto. Cuerpo diez, amigo de sus amigos, le compra flores en su aniversario, le celebra fiestas en su cumpleaños. Todo bucólico, todo material. El tiempo narrativo se desarrolla en ese momento en que la relación ha agotado el único argumento carnal y no sabe prolongarse en otras maneras de quererse: una buena conversación; una vida de lucha litisconsorte. Claro está, que esta es la visión subjetiva que tiene Clara de su pareja, que no es exactamente la realidad. El caso es que clara se hará una pregunta —que suele ser una trocha muy abreviadora hacia la infelicidad— y que dice así:
¿Es esto todo lo feliz que se puede ser?
Entonces la novela se sumerge en una secuencia de microrrelatos. Cada uno cuenta una vivencia, una peripecia, un acontecer desde lo más prosaico a lo más desacostumbrado, siguiendo ese desfile de vidas resumidas en una charla corta que es una peluquería. La única historia que se va siguiendo, por una suma de microrrelatos, es la de Clara, cuyo arco dramático —esto es, su evolución como personaje— constituye la historia que nos cuenta esta novela.
Un día entra un hombre en la peluquería. Siempre que entra un varón, —tiene cada una su circunstancia y su por qué— alborota un poco el gallinero. Este hombre educado, discreto y reservado agrada a Clara. De inmediato ella empieza a fantasear una vida con él. En medio de tanta ensoñación, el hombre, ya atendido, se marcha del establecimiento dejando olvidado un libro, nada menos que Por el camino de Swann, primera parte de las siete obras que completan En busca del tiempo perdido de Marcel Proust.
Clara se lo lleva a casa y empieza a leerlo. Ese libro, la hace pensar, a diferencia de los libros que había en su estantería, más asequibles pero menos transformadores.
Y a partir de aquí, una oda a Proust. Una, de naturaleza distinta a lo habitual. Solemos imaginar un erudito hablando en términos incomprensibles de Proust, a mayores, haciendo malas críticas para imponer el ego de su persona sobre el genio del autor. En esta novela es una mujer sencilla, una lectora de base, quien cae rendida al talento de Proust y nos va dejando ver su experiencia.
Proust no es difícil, es diferente.
Pero, bueno, de todas maneras podría hacer párrafos un poco más cortos de vez en cuando
Y también es una oda a la literatura. Una buena novela te transforma, te hace pensar, te desafía, te lleva a espacios de pensamiento que no habías explorado antes. Eso, no solo el argumento o la técnica de Proust, también nos lo cuenta Clara, la peluquera, en una expresión tan prosaica como enternecida, de quien ha descubierto que la alta literatura puede hablarnos a todos.
Durante el recorrido, vamos descubriendo a Clara ¿Qué le está pasando? ¿Qué ha destapado Proust en ella?
Bien pensado, se ha apasionado por este libro, pero habría podido apasionarse por el ajedrez, el cultivo de bonsáis o la creación de perfumes. Lo que preexistía en ella era la necesidad de una pasión absorbente y exigente. Inteligente.
Clara es una moderna Emma Bobary leyendo a Proust.
La acción se desarrolla probablemente en Chalon-sur-Saone. No se menciona, pero sí al río Saona, cuya ciudad de paso más relevante es Lyon. Bien podría decirse que de desarrolla en otras como Gray, la propia Lyon o Maçon, pero me inclino a pensar en Chalon-sur-Saone, por la nomenclatura de ciertas calles a lo largo de la narración y que he indagado al objeto de ubicar la novela. Entonces llego a la página 185, en el epílogo y… ¡bingo! Premio para el caballero. La peluquería está en Chalon.
Stéphane Carlier no es nuevo. Ya ha publicado más de una decena de novelas antes de esta, cuyo título original es Clara lit Proust.
Sus novelas a menudo presentan personajes peculiares y exploran temas de crecimiento personal y observaciones sociales
En síntesis, esta es una novela entrañable. Una mirada admirativa sobre la obra proustiana y también acerca del valor del tiempo, cuya fugacidad genera un tiempo que se pierde constantemente. A más memorable hagas el presente, más facilidad tendrás de volver a él desde el futuro, de evocarlo.
Para lograrlo, puede que debas examinar tu presente y modificarlo.
Una novela amena con muchísimo contenido de fondo. Proust estaría orgulloso de un homenaje así.
Pingback: La peluquera y Proust Reseña sin spoiler...
Qué interesante. Vi este libro por las redes, te confieso que de primeras me llamó la atención por su cubierta (no puedo evitarlo jeje). Curiosamente, no pensé que iba a ir por los derroteros por los que va, o que al menos me ha transmitido tu reseña. No he leído aún a Proust, lo haré en algún momento (tengo su obra en mi biblioteca personal, esperando a que le dé su oportunidad); pero me queda claro que la autora lo tiene de fondo para la creación de esta obra y de una manera atrayente.
Un saludo.
Autor. Es un autor.
Efectivamente la obra magna de Proust es muy desafiante. Si lees este libro, recibes un extra de estímulo para empezar con ella, pues se rodea de una experiencia lectora por encima de una novela al uso.
Gracias por pasarte.