Viktor Frankl vivió entre 1905 y 1997. Con 37 años, lo detienen por ser judío y lo encierran en un campo de concentración nazi. Entre frío, enfermedad, muerte, comistrajos y esclavitud, Frankl fue capaz de regalarnos El hombre en busca de sentido: un psicólogo en el campo de concentración (1946) que, con permiso de Primo Levi, es tal vez la mejor obra literaria nacida como testimonio del protervo régimen del III Reich. Acaba de ser recuperada y editada por la Editorial Herder en una versión anotada muy notable. El perfecto regalo para estas fechas.
Frankl no sucumbió a la fatalidad. Encontró un sentido a su vida en el horror. Durante el cautiverio, fue capaz de realizar su tesis y mayor aportación a la psicología: la logoterapia. Una corriente psicoterapéutica que se centra en la búsqueda del sentido de la vida como motor fundamental del ser humano, incluso frente al sufrimiento. La logoterapia es conocida como la Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia, parangonándola con la del Psicoanálisis de Sigmund Freud y la de la Psicología Personal de Alfred Adler. Casi nada.
El hombre en busca de sentido es un libro especial: es tesis doctoral; crónica del campo de concentración; testimonio personal y obra filosófica. Es todo eso a la vez y en todo es brillante. Nos propone la búsqueda de un sentido vital como el motor de la vida. Observó en el campo de concentración que aquellos reclusos que tenían una esperanza —volver a ver a su mujer, retomar un negocio o conocer a un hijo— eran capaces de sobreponerse a todo mientras mantuvieran viva aquella esperanza. Sin embargo, —apunta Frankl—, cuando tenían noticias de que sus parientes habían muerto, o de que su expectativa se había marchitado, sus ganas de vivir se agostaban y no pocos se tiraban a la valla electrificada para poner fin a una vida para la que ya no encontraban motivo. Si el hombre tiene un motivo para sobreponerse al dolor, desplegará una resistencia impensable. Pero si no encuentra un sentido a su sufrimiento, se dejará ir. En otras palabras, se puede vivir privado de muchas cosas, pero no se puede vivir sin ilusión por nada. Necesitamos ese estímulo.
Por decirlo con Nietzsche: «Quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier como».
Este mensaje es universal. Se explica desde Terezín, Auschwitz, Türkheim, Kauferin y Dachau, —el peregrinaje prisionero de Viktor Frankl—, pero sus reflexiones sirven para el ser humano contemporáneo en cualquier parte. Su mensaje no ha perdido vigencia y por eso sigue siendo una lectura de enorme actualidad. En las nuevas ediciones de su obra que acaban de aparecer —la ya citada de Herder Editorial— encontramos una excusa inmejorable para aproximarnos a su lectura.
También de Viktor Frankl encontramos Sincronización en Birkenwald (1948). Este drama teatral propone una reflexión sobre el gran tema de su obra: el sentido del dolor. Es mucho menos conocida, pero igualmente interesante. Sincronización en Birkenwald es una propuesta muy simbólica y rica en significados de fondo. Y difícil de encontrar. Birkenwald es el nombre ficticio para un campo de concentración, que se obtiene mezclando Birkenau y Buchenwald, dos centros reales. Birkenwald en alemán significa bosque de abedules, árbol elegido por Frankl por su capacidad para reforestar allí donde las condiciones son más adversas a la vida. Justo lo que él supo hacer: emerger de la muerte, el crematorio y las cenizas para vivir una vida larga, plena y feraz.
La reciente edición de El hombre en busca de sentido, que ha publicado Herder, también contiene, a modo de coda, Sincronización en Birkenwald, y es una oportunidad para leer las dos obras que Frankl escribió nada más conquistar su libertad.
Pero su producción literaria es mucho más extensa. Más de treinta libros publicados. Continuando con el catálogo de Herder, destaco otro título muy apetecible: Llegará un día en el que serás libre. Cartas, textos y discursos inéditos. Una recopilación de materiales del autor, hecha en 2015 en Alemania y que tenemos disponible en español desde 2018, traducida por María Luisa Vea Soriano. Pieza de gran interés. Viktor Frankl enfrentado a su propia teoría. Justo al salir del campo de concentración, quien había sobrevivido aupado a sus esperanzas, supo de la muerte de su esposa —con apenas 24 años— y de su madre. Aunque consigue rehacerse, el lado más vulnerable de Frankl aparece aquí al verlo enfrentar el vacío que había señalado como verdugo en muchos de sus compañeros.
Uno más para terminar: Lo que no está escrito en mis libros. Sus memorias. En 1995, para su nonagésimo aniversario, Frankl se apartó de su producción científica y nos regaló una vez más una creación de aspiración literaria. Su trigésimo primer libro es quizás el más íntimo y donde nos permitió completar el mosaico de su persona, con todo aquello que no conocíamos. También lo vas a encontrar en el catálogo de la misma editorial.
Cuatro propuestas resaltadas dentro de una vasta producción literaria. Cabe preguntarse: ¿por qué deberíamos leer a Frankl?
Por la incertidumbre del momento actual, —ese mundo líquido al que alude Zygmunt Bauman—, que necesita darse sentido. Porque nadie vive sin sufrimiento. Si de algo habla Frankl, es de dolor y de cómo afrontarlo. Por su mensaje optimista sobre nuestra libertad
interior: ese que nos dice que no podemos controlar nuestras circunstancias, pero podemos elegir cómo reaccionamos ante ellas. Por su enfoque universal y profundamente humano, tan útil para afrontar crisis personales, laborales, existenciales o espirituales.
Escritas hace décadas, sus ideas son más actuales que nunca. Un mundo enfermo de individualismo y con vacío existencial, necesita darse contenido retomando la idea de vivir con propósito, responsabilidad y compromiso con algo más grande que uno mismo.
Viktor Frankl es un autor para nuestro tiempo. Guerras, migraciones, catástrofes se citan en un planeta enfermo. Las redes sociales empujan a los ciudadanos occidentales a una moda del Desarrollo Personal malentendido, postulando un crecimiento que solo pasa por una optimización del propio yo, una sobreexposición de su vida, sus logros y su estilo, pero desvinculado de cualquier realidad comunitaria circundante. Respondemos a este panorama con memes, series, realities y trending topics. Somos felices porque consumimos. Sin embargo, somos la generación con más suicidios de la historia. ¿Será que no sabemos más que disfrutar? ¿Será que la moda del Crecimiento Personal s ́lo nos enseña a estimarnos desde fríos guarismos: una nota, un salario, una facturación, un número de seguidores…? ¿Es por eso que, a la menor adversidad, saltamos a la alambrada?
Nuestro mundo no necesita más evasión. Lo que necesita es leer a autores como Frankl.
Títulos aludidos
▷ El hombre en busca de sentido
Autor/a: Viktor Frankl
Incluye: Sincronización en Birkenwald Traducción: Alberto Ciria Ana Schulz Epílogo: Elisabeth S. Lukas
Prefacio de: José Benigno Freire Herder Editorial
▷ Llegará un día en el que serás libre
Cartas, textos y discursos inéditos Autor/a: Viktor Frankl
Edición: Alexander Batthyány Traductor/a: María Luisa Vera Soriano Herder Editorial
▷ Lo que no está escrito en mis libros
Memorias
Autor/a: Viktor Frankl Traductor/a: Cristina Visiers Würth Herder Editorial