Ofensa al frío

Ofensa al frío
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Sánchez Bernal le da una vuelta de tuerca al thriller. Se ha sacado de la chistera algo así como el thriller-terror. No es un thriller puro, pero se vive a ritmo de thriller; no es una novela de terror pura, pero te hace pequeño ante lo sobrenatural como una buena novela de terror. Tiene lo bueno de los dos mundos, así que es una experiencia lectora doblemente buena. Parece como si Stephen King le corrigiera un texto a Gómez Jurado. Y desde aquí, dicho lo dicho, ya puede continuar la reseña.

La primera novela de este autor. Toni Sánchez Bernal, que nació en Tarragona en 1990. Guionista, escritor y realizador. Un hombre de letras llamado a narrar historias seductoras.

Arranco con una impresión previa de Ofensa al frío. Imagino que será una novela de masas. Espero una novela de trama, enfocada en perder al lector por un laberinto de recovecos y giros de su planteamiento.

Espero un thriller.

Es algo así como novela fusión. Tiene parte de tipo thriller de una ortodoxia comercial extrema, pero tiene algo de terror sobrenatural y drama psicológico que multiplica el valor de la novela por mucho, la rescata de los tópicos y la convierte en un regalo para el lector.

Te lo digo de otra forma. Todo apunta al enésimo thriller policial, intenso y emocionante, adictivo, pero te quedas de una pieza al introducir esa variante sobrenatural.

Pero es que también es un poco novela negra. Todos los polis de la novela son personas con una moral que deja mucho que desear. Delincuentes viviendo en la otra orilla. Llamarles agentes del orden es casi un oxímoron.

Además de originalidad, genera unas imágenes de gran potencia literaria. Una lectura muy satisfactoria por muchas razones que espero ser capaz de explicar.

Dice Toni en el epílogo: es un salto al vacío. Pues había agua, Toni, porque te ha quedado una novela que por encima de todo, atrapa y te hace pasar un rato agradable leyendo.

Ofensa al frío. De qué trata

Apenas es medianoche y no piensa más que en matarse.

Un comienzo contundente. Potente. Conocemos a Alba y Miguel. En plena crisis de ansiedad. Hace tres años que viven un infierno, tras perder a su hija. En su casa la presencia de la niña se hace notar en forma de un frío especial y con manifestaciones físicas. La hija muerta sigue allí y los hace rehenes de sus arranques de ira.

Una noche, las hermanas de Alba, vienen a casa. La cena es la excusa para presentar a Víctor, el nuevo novio de Diana, la hermana pequeña. Nada más entrar, descubrimos que el nuevo tiene un pasado con Alba.

Víctor ha sido el amante de Alba. Durante los meses más críticos de su matrimonio, la mujer buscó un desahogo que torpemente fue castigar la ingle con ese mocetón.

Ahora, Víctor la chantajea con contárselo a Diana. A cambio, intenta forzar a Alba que ha reencontrado el amor que había perdido con Miguel. Víctor se dispone a violarla pero entonces El frío interviene para defender a su mamá. David acaba destripado.

Alba, es la única culpable para la policía.

¿Cómo probar que no ha sido ella? ¿Quién puede creer siquiera lo que ocurre en aquella casa? ¿Qué consecuencias amenazan a la pareja?

Los personajes

Miguel

Protagonista. Cuarenta años. Triste. Traumatizado. Un hombre en permanente grado de tentativa. Intenta suicidarse pero no es capaz. Intenta huir de su casa pero no puede. Quiere dejar todo atrás y fracasa en el intento.

Alba

Protagonista. Acerada. Caústica. Está viniendo un infierno en su convivencia con Miguel tras perder a su hija. Además, la convivencia con ese frío paranormal la tiene un poco sacada de quicio.

Miranda

Ofensa al frío

Miranda es la inspectora a cargo de la novela. Creo que es el personaje más flojo de la historia. Está muy bien trabajado, pero responde a un perfil que ya se está convirtiendo en un cliché: mujer, pasado difícil, presente atormentado, comportamiento inestable, destreza profesional notable, se refugia en su trabajo. Tiene que abordar un caso extra complejo en un momento de crisis personal. Está chulo el planteamiento, pero ya está un poco visto en los best seller del género. Antonia Scott, Elena Blanco, Irina Pons… Hay que empezar a pensar en una detective casada, madre y de vida tradicional. En un detective homosexual con una pareja perfectamente estable… Aunque sean librofórmulas, igual hay más peces pasando el arrecife, que diría Vaiana.

Más cosas: es muy sagaz. Bueno, mala inspectora sería si no lo fuera, ¿verdad?

Esto es un comentario más. No empaña el disfrute de una novela que en otros aspectos sí rompe los cánones del género.

Diana

Encarna a una mujer insegura. Es la hermana menor de Alba. Está iniciando una relación con Víctor, un chico al que conoció de manera inesperada. Todo lo que ella emprende, tiene dentro una duda.

Eva

La cáustica hermana mayor de Alba. Asume un rol maternal que no corresponde a ciertas edades, cuando las hermanas menores no son ya unas niñas pequeñas. En cierto modo se comprende al personaje. La madre de las tres murió cuando ellas eran adolescentes y Eva hubo de ser madre suplente.

Víctor

El novio de Diana. Alguien del pasado de Alba. Policía de gatillo fácil, imbécil a tiempo completo. Un personaje que ocupa una parte importante de la novela, muchas veces más por ser aludido por los protagonistas que por acciones en primera persona.

Estilo

El estilo es muy eficaz. Rendido al servicio de una tarea: contar la historia de lo que pasa en esa casa.

Frases cortas. Descripciones sucintas. Ningún exordio. Digresiones cero. Una vez se tiene embaucado al lector, la máxima es no perder su atención.

Gracias a estos postulados, la lectura fluye con facilidad.

Estilísticamente, es un libro escrito para “agradar a las masas”. Esto lo escribo entrecomillado porque si algo caracteriza a las masas, no es precisamente que lean. Pero el estilo es accesible y comercial.

Pocos riesgos. Me ha llamado la atención en la página en la página 98, en un momento de la narración en que nos quiere señalar dos causas que explican por qué los personajes se han detenido en un rellano lo hace marcando una lista numeral, como si fuera un informe y no un texto narrativo. No me parece, ni bien, ni mal, pero me ha llamado la atención. Esto se vuelve a utilizar en la página doscientos veintiuno.

💡 Hay algunas escenas con una potencia literaria brutal. Ya sólo por un par de ellas, este libro merece la pena. Todo lo que tiene que ver con el frío en esta novela merece un par de premios y dos rondas de cerveza con tapa para Toni Sánchez.

Estructura

Es un juego de contrapesos. Capítulos muy breves, siempre se titulan o bien Miguel, o bien Alba.

Se van alternando. La historia la vamos conociendo a través de los diálogos internos de él y, al siguiente capítulo, de ella.

Una veces retoma y avanza donde paró el anterior. Otras, el mismo acontecimiento que se acaba de conocer por boca de uno, nos llega desde la mirada del otro.

Así son las parejas. Siempre hay dos versiones. A veces, hasta coinciden.

Esa estructura bipolar se va a respetar cien páginas. Hasta que el personaje de Miranda irrumpe en la trama y nos conduce al nudo de esta historia, ya en la segunda parte.

Contexto

El contexto es apenas un bodegón al fondo. La España contemporánea, la del teletrabajo freelance, la del autoempleo con salida online. La sociedad de sexualidad furtiva y desvinculada. La de una juventud tan llena de oferta carnal como falta de contacto personal.

Una novela de su tiempo.

Trasfondo

Este libro se pregunta si “¿Es posible construir sobre la Zona Cero?” una relación de pareja.

Una novela que habla sobre la convivencia a largo plazo. Nada de esas parejas chisporroteantes de las novelas facilonas.

Ofensa al frío nos obliga a pensar en las relaciones. Cuando nos vemos azotados por la desgracia ¿cómo tratamos al que está más cerca? ¿Como un apoyo o como un chivo expiatorio?

A este respecto, la novela me ha dejado muy satisfecho. Hay fondo tras una trama tan redonda en Ofensa al frío.

Ofensa al frío es una novela sobre el perdón. Una pareja que perdona la infidelidad del otro, que antes de abandonar acompaña y resiste. Una pareja en la que, sin embargo, ambos tienen problemas para perdonarse a sí mismos. Somos nuestro juez más severo. Solemos ser clementes con el prójimo y verdugos con nosotros mismos. Es cierto, en la infidelidad tratan de justificar su comportamiento, de blanquearlo. Al perdonar la infidelidad del otro, se redimen. Pero respecto a su hija, no se perdonan a sí mismos. Viven bajo ese peso.

Una reflexión densa sobre la culpa y el perdón. Esto no es frecuente encontrarlo en un thriller, y merece una estima muy alta por mi parte. Agradecido del tiempo ocupado en esta lectura.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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