Mi querida Lucía
La vecina rubia
2024
Libros Cúpula
Sinopsis de la editorial
Sinopsis
Aquel sofocante verano de 2002, Lucía Romasanta, astróloga, madre soltera y redactora de la sección del horóscopo con más éxito del país, recibe una perturbadora carta de un admirador anónimo. Un texto manuscrito que la hace directamente responsable de la muerte de una desconocida en caso de que no tome partido.
A esta primera carta le seguirán otras, cada vez más violentas, más amenazadoras, más personales… Una historia que pasará a formar parte de las investigaciones de la Policía Judicial como el famoso «Caso del horóscopo».
Ahora, la pregunta para Lucía es si clara: ¿podría haber evitado sus muertes?
«Mi querida Lucía, sé que te afanas en descubrirme, pero poco importa quién soy. Solo lo que está por venir es lo único que debería preocuparte. Hasta entonces…».
Mi querida Lucía es un inquietante thriller, real y sin artificios. Una historia apasionante, psicológica e impredecible hasta el final, que ahonda en la presión que puede soportar una madre en una situación límite.
Reseña
La novela insiste en una pregunta: ¿podría haber evitado sus muertes? Esto ya nos pone en órbita.
La narradora en primera persona es Lucía, la protagonista. Nos cuenta su historia, por tanto tenemos una narradora homodiegética, esto es, que participa de la historia que nos cuenta. Este recurso suele dar viveza a la historia y una historia que parece viva se lee más fácil.
Lucía es madre soltera. Tiene un trabajo que le llena a pesar de que escribir el horóscopo no goza del aprecio de la profesión, aunque sí de los lectores.
La ambientación nos lleva al año 2002. La vecina rubia nos recrea la atmósfera de aquel año a base de cultura pop: el Euro, Operación Triunfo, Ronaldo (el gordo)…
Hay al principio una promesa que se renueva constantemente. Un esfuerzo por decirnos que viene algo grande, quédate, no te vayas… un recurso que me parece fácil cuando la escritora tiene manejos como para atraparnos sin deglutir tanto la trama.
Es una novela que atrapa. Innegable. La vecina rubia sabe tejer una telaraña en la que el lector se queda adherido sin escapatoria.
Estilo y estructura

Nada nuevo bajo el sol, o una novela muy correcta. Quédate con lo que prefieras. Para mí, es una novela muy eficaz, que cuenta lo que quiere contar y lo hace con diligencia.
Donde brilla a base de bien es en la trama. Allí donde la esperan los lectores de narrativa de género.
Usa el narrador en primera persona. Esto ya se ha dicho. Sin embargo hay que añadir que ciertos episodios se narran en tercera persona y permiten al lector una comprensión más profunda de otros personajes como Elsa y Gustavo, la pareja policial de la novela. Este recurso, ni todo en primera persona ni todo en tercera, sino juntar lo mejor de ambos mundos en una misma novela es muy positivo, da una visión global, aligera la lectura y hace que todo fluya mejor, pero no es algo que nunca hubiéramos visto. A eso me refiero con que no es de una novedad radical, pero es de una corrección total.
Tiene voz propia. Digamos que es una novela ortodoxa desde el punto de vista de la novela negra, pero tiene un aire —en momentos concretos— que recuerda a los géneros narrativos de que viene la escritora, por ejemplo en el relato emocional de la protagonista, mucho más cuidado de lo que suele ser habitual en estas novelas de crímenes. Una fusión de la que sale ganadora la obra y el lector y que da a La vecina rubia un sabor propio.
Polémica infundada
Y esto me lleva a indagar en la autora. La vecina rubia consiguió debutar con éxito con su primera novela La cuenta atrás para el verano (2021) y más tarde con Contando atardeceres (2022) y La chica del verano (2023).
Me llamó la atención de inmediato. Me pasa con la narrativa de género: soy sensible a la novela negra. Indagué un poco en la autora notando varios hechos de inmediato:
✅ Había cosechado éxito con cientos de miles de lectoras.
✅ Se desenvolvía en un género narrativo muy alejado de la novela negra.
✅ Es muy, muy popular en redes sociales.
Tres pecados imperdonables en nuestra sociedad. Tres etiquetas. Me sorprendió la de palos que le estaban dando algunos en X, en Threads, en Instagram…
¿Por qué es tan polémica esta novela?, me pregunté. Me pongo a investigar: La Vecina Rubia, es una escritora anónima que se desenvuelve en Instagram con un gracejo y desparpajo que le ha valido nada menos que tres millones de seguidores en esta red social. Es autora de un ciclo literario, la saga Verano.
La saga «Verano» es un retrato realista y emotivo de la vida de cuatro amigas a lo largo de los años. A través de sus historias, la autora nos invita a reflexionar sobre la amistad, el amor, los cambios y la importancia de los recuerdos. Esas novelas no tengo el placer de haberlas leído, pero supongo que su buen desempeño comercial se deberá a su visibilidad en redes tanto como a su buen hacer. Tener mucha notoriedad no garantiza que te vayan a leer, porque si escribes una boñiga, correrá la voz de su peste amplificada por tu alcance, de modo que tener muchos followers no será un impulso sino un castigo.
¿Qué pasa aquí? Que muchos le niegan a esta mujer el pan y la sal porque por lo visto para escribir una novela negra no basta con escribir una novela negra. Hay que tener pedigrí y eso no se reconoce a una autora que viene de escribir novelas sensibles, realistas y de exploración en la sensibilidad humana más universal. No te preocupes, Rubia, cuando Stephen King se atrevió a escribir novela negra, también dijeron que fracasaría.
Pues me he encontrado una novela negra muy decorosa. Mejor que muchas. Una trama original, un punto más femenino en muchos aspectos de lo que suele ser habitual en el género y que me ha parecido muy fresco, y ciertas dosis de humor que hacen disfrutar mucho una novela que tiene una tensión narrativa muy elevada.
La autora asume un reto: salir de su registro habitual. Para mí, lo hace muy bien. Ojalá se anime a regalarnos más historias así de entretenidas, ágiles e interesantes.
¿Hablamos claro? ¿Aparcamos lo políticamente correcto un momento? La duda de muchos es si una chica que viene de escribir novelas sensibles y ñoñas (seguramente las definen así sus detractores) será capaz de inventar las escenas intensas, macabras y violentas que caracterizan a este género. Pues bien, la chica con manicura y uñas de gel te va a pegar un sopapo en los primeros tres capítulos que te va a dejar KO en la lona: una mujer de rodillas con la cabeza metida en un inodoro, maniatada con una brida, fijada al retrete por cinta americana, la cisterna atascada y el agua va subiendo para ahogarla en una mezcla de heces, orina y agua. ¿Qué? ¿Sabe la autora cambiar de registro o te sigue pareciendo una mojigata indigna del género?
Nota mental: nunca hablar de un libro sin haberlo leído. Los apriorismos nos hacen perdernos buenos libros. Siempre.
Trasfondo
Sin trasfondo no hay novela negra. Por ejemplo en esto la autora trae ventaja precisamente por venir de otros mundos literarios. Se atreve a discutir la violencia del mundo, de nuestro tiempo y nuestra sociedad. Hacerlo desde una novela negra podría ser casi un oxímoron:
“Me cuesta mirar para otro lado, Jota. Es superior a mí. Veo el mundo que se nos está quedando y es terrible, pero no solo en la oficina, lo que ocurre a nuestro alrededor, la mujer de ayer… Y lo peor es que actuamos como si no nos importara. Seguimos hacia delante por inercia.”
No son densos tratados sino reflexiones sobre el contexto. Verbigracia:
«La enfermera se acercó a una de las paredes contiguas donde había varios interruptores. La sala se iluminó por partes y pudimos ver lo que una desinteresada gestión política de la sanidad pública deja para una sociedad a la que exprime. La desidia de quienes no se preocupan por nosotros ni un minuto de sus vidas.»
¿Y respecto a la astrología? No sabría decir si la novela la usa como un guiño para dar personalidad a la protagonista, si es vilipendiada o por el contrario reivindicada. Si tengo que decantarme me parece que hace cierto alegato a favor de la carta astral:
“Cuando empecé a estudiar en profundidad, percibí que mi trabajo estaba muy vinculado con la filosofía y con la psicología. Sé que no goza de la reputación de las anteriores, tengo plena conciencia de ello, pero los lenguajes simbólicos de la astrología pueden ayudar a reforzar de forma positiva una actitud o a superar el duelo. Y pueden hacerlo con la misma eficacia que lo hacen las otras dos, sin sustituirlas en ningún caso.”
Yo creo que hay cierto volcado de opinión en esto. No es un tema mayor en la trama, ni mucho menos, pero nos hace leer con cierta curiosidad.
Si no te interesa el mundillo astral ni tienes interés en esto, como es mi caso —y el de Séneca—, no te preocupes porque no obstaculiza la trama en absoluto.
La novela deja reflexión sobre temas habituales en la autora: pareja, familia, amigos, maternidad, paternidad, relaciones… Esto es genial. Pese a cambiar de género, —y a un género diametralmente opuesto al habitual—, la autora no abandona sus mejores perfiles emocionales del personaje o su mirada a temas de marcado interés humano, únicamente los enfoca desde un género que lleva a los personajes a enfrentar situaciones muy distintas a las que emplea en sus novelas conocidas hasta la fecha. Claro, hay algo de hibridación entre dos géneros que jamás habríamos podido imaginar fusionados y está en el estilo, porque en la forma, esta novela es un thriller tan negro como el que más.
Conclusión
Una novela interesante. No mantiene una tensión narrativa tan elevada como otras del género, pero se lee con bastante agilidad y consigue atrapar al lector. El conflicto está ahí, pero tarda en materializarse porque es el meollo de la cuestión, la solución del entuerto. Esto de esconder el conflicto resta mucha tensión al relato, porque no sabes a qué se está enfrentando la protagonista, pero a cambio, le da mucho clímax y mucha sorpresa al desenlace.
Una novela que encaja. En definitiva, una novela que gustará al lector del género. Si lees novela negra de forma habitual, esta puede encajar perfectamente dentro de tu estantería. Si no lees novela negra porque te cansa lo forense o demasiada violencia, esta te encajará, porque no es demasiado ortodoxa y tiene más espacio para la comprensión psicológica y emocional de los personajes de lo que suele ser norma en el segmento.
La mejor lectura de esta novela se hace sin prejuicios. Si creías que La vecina rubia se la iba a pegar, te equivocaste. Ha conseguido una novela que, sin pasar por una de Dashiell Hammett, es muy decorosa y está muy bien hilvanada. Una novela que entretiene y en la que apetece avanzar hasta descubrir qué hay detrás de una premisa muy original que incorpora muchos elementos de novela de enigma.
Una novela con voz propia. Estás en un contexto y atmósfera de crímenes sin resolver, pero la forma de contarlo y el tratamiento emocional de los personajes traen causa en otros géneros que la autora domina y que a mi parecer no solo no quedan mal en esta obra sino que le dan un punto diferencial, la enriquecen y le otorgan personalidad.
Algo nuevo dentro de un segmento urgido de propuestas originales. Ojalá no sea un ejercicio de estilo y la autora nos regale más novelas de este género.