ALMUERZO EN EL CAFE GOTHAM. Un relato breve escrito por Stephen King en 2002. La edición contiene ilustraciones de Javier Olivares y traducción a cargo de Íñigo Jáuregui. Diseño de colección: Diego Moreno. Corrección Ortotipográfica: Victoria Parra y Ana Patrón. Editada por Nørdicalibros. 90 páginas.
Relato poco extenso o novela muy breve. Quítale las ilustraciones a las noventa páginas, las páginas de respeto, las guardas… y te queda un texto de setenta páginas o así.
Reseña oficial de la edición
Almuerzo en el Café Gotham apareció originalmente en la antología Dark Love de 1995 (editada por Nancy A. Collins, Edward E. Kramer y Martin H. Greenberg).
Un hombre llamado Steve Davis llega a casa un día y encuentra una carta de su esposa, Diane, que le dice con frialdad que le abandona y tiene la intención de divorciarse.
La partida de Diane lo impulsa a dejar de fumar y comienza a sufrir abstinencia de nicotina. El abogado de Diane, William Humboldt, llama a Steve con planes de reunirse con los dos para almorzar.
Se decide por el Café Gotham y fija una fecha.La desesperación del protagonista por un cigarrillo y por su ex es casi insoportable, pero nada comparado con los horrores que le esperan en el moderno restaurante de Manhattan.
La genialidad de Stephen King
La genialidad de King en formato compacto. Lo mejor del autor de Maine es su capacidad para encontrar material literario en las escenas más prosaicas. Tomar lo mundano y elevarlo a la calidad de literatura.Antes de iniciar la historia, King nos cuenta cómo surgió.
Estaba un día en Nueva York y pasó por delante de un restaurante. El maitre —que guiaba a una pareja a su mesa— le vio y le guiñó de una manera que a King le pareció cínica. Y listo. Se fue al hotel y estuvo tres días dando forma a esta historia. Así es King. O así lo cuenta. Tal vez haya algo de literatura en estos relatos que crea alrededor de sus relatos.
Nunca lo sabremos. Como digo, todo King cabe entero en una historia compacta. Sus descripciones detalladas, su manera cinematográfica de contar la escena, su ironía, sus referencias a la cultura pop y a lo mundano. Está todo. Reconocerías que es un texto suyo aunque te lo soltaran delante desprovisto de portada ni apuntes previos. Fluye, eso sí, con más ritmo del habitual. King también sabe escribir historias con una velocidad narrativa alta. King puede escribir casi lo que le dé la gana y lo va a hacer bien. Narrado en primera persona.
Temas al fondo.
Con King, siempre hay más de lo que se ve. Muchos críticos en los grandes medios de comunicación dicen que es un simple autor de tramas. Esto sólo nos pone delante del hecho de que juzgan el libro por lo que pone en la trasera y no lo han leído. Claro, hay que sacar reseña el primero de todos para generar más tráfico web y por eso se dicen pamplinas. En este relato, aparece el tema de las adicciones. Tan recurrente en King, que las padeció. Steve Davies decide dejar de fumar —elemento sin el que la trama habría podido correr igualmente— y esto adquiere un interés notable en la historia. Acomete la relación de pareja. Esa roca sólida que se va desgastando, no por un impacto tremebundo, sino por la erosión constante de los defectos del otro. Pequeños lametones de ácido que, como las olas, van royendo la paciencia del ahora contrario. Lo cotidiano puede ser letal. Puede serlo la manía de controlar a tu pareja; el tener un carácter demasiado expansivo; puede serlo el ladrido nocturno —extemporáneo— del perro del vecino una noche sí otra también. Lo cotidiano enajena, merma, transforma a peor. Todo tiende a la entropía. No lo aceleremos. Cuidemos de lo cotidiano o lo cotidiano se volverá peligroso. No es poco mensaje para un relato breve. ¿No crees?
La edición Nørdica Ilustrados es una colección de maravillas. No sólo porque son libros bonitos —que lo son— de los que tienen que estar sí o sí en la librería del salón, la de más postureo. Libros en cartoné, con papel offset blanquísimo y grueso y una tipografia, márgenes e interlineado generosos. Cosidos con un delicadísimo hilo blanco que no resalta entre el satinado de sus páginas, suave y brillante para dar fulgor a las ilustraciones. Libros ilustrados con criterio y calidad. Libros que da gusto leer. Pero es que, además, el tratamiento de la edición está a la altura del diseño y del formato.
Buenas traducciones. Buena corrección ortotipográfica. ¿Qué más se puede pedir a un libro así? Nada. Menos mal que vienen en colección.