Frankenstein o el moderno Prometeo

Reseña Frankenstein o el moderno Prometeo
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Frankenstein es una de las mayores novelas jamás escritas. Se puede decir sin temor a equivocarse. Es la historia de un hombre creado a partir de trozos dé cadáveres, una suerte de patchwork con retales de tejido humano a los que el Doctor Frankenstein insufla vida a partir de una descarga eléctrica. 

Y es que si queremos valorar esta obra en lo que vale, tendremos que poner muchas cosas en la balanza: 

Es el génesis de la ciencia ficción moderna. Escrita por una joven de 18 años en 1816, esta novela es nada menos que el Big Bang de un género entero, un milagro literario que predijo los dilemas éticos de la biotecnología con una visión casi profética.

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Frankenstein o el moderno Prometeo

Portada de Frankenstein o el moderno Prometeo

Autor: Mary Shelley

Publicación: 1818 / Ed. Oct. 2025

Editorial: Ediciones Invisibles

Traductora: Ana Mata Buil

⭐⭐⭐⭐⭐

Reseña de Álvaro Sánchez Oliveros

La voz inmortal de una generación silenciada. Mary Shelley, en un mundo que ahogaba a las mujeres, creó con Frankenstein una sinfonía literaria que resuena como el grito más poderoso de la emancipación intelectual, un himno que aún inspira a generaciones.

Lo que debía ser un suceso maravilloso, el ser humano venciendo a la muerte, un Prometeo moderno que ha robado a los dioses la luz de la sabiduría, no sale como esperaba. No, su Criatura no es un monstruo. No es perverso, ni malvado. Pero a la gente común y corriente la horroriza. Lo marginan, nadie quiere cuentas con él. En callejero podría decirse que da mal rollo.

Pero esa criatura es humana. Quiere amar y ser amado. Necesita ser uno más de la manada. Anhela ser aceptado. Sueña con una mujer, afecto, cariño… Está desposeído de todo ello. Solo tiene vida, nada más.

Y una vida hueca no basta. De esa soledad nace el rencor. Del rencor, la peor cara de la Criatura. El monstruo no nace, se cría. 

Mary Shelley (1797-1851) fue hija de los intelectuales William Godwin y Mary Wollstonecraft, ambos defensores de ideas progresistas y de los derechos humanos. En 1814 conoció al poeta Percy Bysshe Shelley, con quien compartió su vida y viajó por Europa.

En 1816, durante una reunión con escritores como Lord Byron y John Polidori, Mary escuchó debates sobre la posibilidad de crear vida artificial. Esa misma noche soñó con un científico que daba vida a un ser monstruoso. De esa pesadilla nació la idea de su novela Frankenstein o el moderno Prometeo, obra que combina terror y reflexión moral sobre los límites del conocimiento y la condición humana.

Y en esa casual inspiración nació una obra maestra de la literatura. Santo y seña del altar del terror, pero mucho más que una obra de terror. Es una exploración brillante del ser humano y su capacidad de odiar, de ser cruel, de marginar. 

  • Frankenstein o el moderno Prometeo
  • Mary Shelley 
  • Fecha Publicación/Edición: 1818/Oct. 2025
  • Ediciones Invisibles 
  • Traductor/traductora: Ana Mata Buil

En su intento por crear vida, el Doctor Frankenstein crea una criatura espantosa que, sin embargo, quiere ser amada y aceptada. Pero su aspecto y su naturaleza lo apartan de la manada, lo marginan. Recibe un trato inmerecido y cruel. Porque el verdadero monstruo, nos dice Shelley, el mayor monstruo que podamos imaginar, es el propio ser humano.

Una novela que se ocupó de «los secretos metafísicos y físicos del mundo en su más alto sentido». No se quedaba en el terror por el terror. Shelley concibió una nueva dimensión trascendental para la novela de terror. El género creció desde la simple intimidación del lector hasta una exploración profunda de la naturaleza humana a partir de sus miedos y sus obsesiones.

Una obra brillante. Una autora capaz de llevarnos a través de «estrechas y tenebrosas reflexiones sobre la persona»

Varias traducciones 

Para esta lectura me he centrado en la nueva edición de Ediciones Invisibles. La traducción nueva es de Ana Mata Buil (2025). Sin embargo también manejo la traducción de Francisco Torres Oliver (1997) para Valdemar, Alianza… y una tercera de Manuel Serrat Crespo (1980) cedida por Bruguera (Ediciones B) para Unidad Editorial en 1999. 

De la de Valdemar, sin embargo, diremos que obedece a la versión de 1831. La de Ediciones Invisibles apunta a la versión de 1818 que es en la que tengo más interés, por su proximidad con aquellas noches —de todo ángulo míticas— junto a Lord Byron y Polidori. 

También manejo el original en inglés para comparar las tres alternativas.

La propia Shelley habla de su obra 

De su INTRODUCCIÓN DE LA AUTORA PARA LA EDICIÓN  DE STANDARD NOVELS podemos entresacar su propio relato de cómo surge una novela tan brillante:

«¿Cómo, siendo yo una jovencita, llegué a pensar y dilatar una idea tan tremenda?»

De todos es sabido cómo surgió esta novela:

En el verano de 1816 visitamos Suiza y fuimos vecinos de Lord Byron.

De día, paseos y diversión náutica. De noche, literatura:

En nuestras manos cayeron algunos volúmenes de relatos de fantasmas traducidos del alemán al francés.

Y una cosa llevó a la otra:

Vamos a escribir cada uno un relato de fantasmas —⁠dijo Lord Byron; y aceptamos su proposición. Éramos cuatro.

Los tiempos del galvanismo y los experimentos imposibles. La ciencia como desafío de la naturaleza.

El galvanismo es una teoría desarrollada por Luigi Galvani que sostiene que el cerebro de los animales produce electricidad, la cual es transferida por los nervios a los músculos, causando el movimiento de los miembros. Esta teoría fue muy influyente a finales del siglo XVIII y principios del XIX y se relaciona con experimentos que intentaban reanimar cuerpos muertos mediante electricidad.

En relación con la novela, el galvanismo está ligado directamente a “Frankenstein o el moderno Prometeo” de Mary Shelley. La autora se inspiró en los experimentos científicos de la época sobre la electricidad y la reanimación de cadáveres para crear la historia del doctor Víctor Frankenstein, quien utiliza la electricidad (“el fuego de la vida”) para dar vida a un ser formado por partes de cadáveres. Este concepto refleja la época romántica y el interés por ir más allá de la razón, explorando la ciencia como una forma de desafiar la naturaleza y buscar la vida mediante medios eléctricos, como lo que el galvanismo proponía.

Mary Shelley. Todo el mérito.

«Ciertamente, no debo a mi esposo la sugerencia de una sola idea, ni siquiera de un sentimiento; sin embargo, de no ser por su estímulo, jamás habría recibido la forma en que ha salido a la luz.»

Simbolismo

Esta es una obra de enorme potencia simbólica. Nada quedó al azar. En la primera carta, Robert Walton (que no es el monstruo sino el doctor, el científico) viaja al Polo Norte desde San Petersburgo:

¿Qué no puede esperarse de un país de días eternos? (Trad. Torres Oliver)
¿Qué no se puede esperar en un país de luz eterna? (Trad. Ana Mata Buil)
¿Qué podría extrañarnos de una región en la que el sol brilla sin cesar? (Trad. Manuel Serrat Crespo)
What may not be expected in a country of eternal
light? Mary Shelley (1818)

Si me atengo al original en inglés, la mejor traducción me parece la de Ana Mata Buil en esta pequeñísima muestra comparativa. La encuentro más próxima al original. 

Pero centremos el tiro ahora en el simbolismo:

El sol perpetuo del Ártico. Los días eternos, que son aquellos en los que no se pone el sol. La metáfora con la inmortalidad de la Criatura del Doctor Frankenstein es evidente. El sol ártico es la versión lírica del galvanismo. 

Personajes y roles en la novela Frankenstein o el moderno Prometeo

Víctor Frankenstein: Joven científico suizo obsesionado con crear vida, cuyo experimento da origen a la criatura y lo lleva a una vida de culpa y tormento.

•  La criatura: Ser artificial creado por Víctor, inicialmente benigno pero convertido en vengativo por el rechazo y la soledad, buscando comprensión y justicia.

•  Elizabeth Lavenza: Prima y prometida de Víctor, símbolo de inocencia y amor, trágicamente asesinada por la criatura.

•  Henry Clerval: Amigo leal de Víctor, optimista y apasionado por las ciencias y las letras, cuya muerte intensifica la tragedia del protagonista.

•  Alphonse Frankenstein: Padre de Víctor, un hombre afectuoso y respetado que intenta guiar a su hijo, afectado por las consecuencias de sus decisiones.

•  Caroline Beaufort: Madre de Víctor, fallecida joven tras una vida de sacrificio, cuya memoria impulsa el deseo de Víctor de vencer a la muerte.

•  Justine Moritz: Criada de la familia Frankenstein, acusada injustamente de asesinato y ejecutada, reflejando la crueldad social.

•  Robert Walton: Explorador ártico que narra el inicio y el fin de la historia, encontrando a Víctor y conociendo su relato como un espejo de ambición.

•  William Frankenstein: Hermano menor de Víctor, asesinado por la criatura, desencadenando el primer acto de venganza.

•  De Lacey: Anciano ciego que vive con su familia, ofreciendo a la criatura un breve momento de aceptación antes de ser rechazado.

Una novela filosófica

Pocas novelas dan lugar a tantas lecturas diferentes y profundas. Por un lado, está el Ser Humano, verdadero monstruo individual y social de la novela:

¿De verdad era el hombre tan poderoso, tan virtuoso y magnífico, a la par que tan vicioso y vulgar? En una ocasión parecía un mero vástago del principio del mal, y en otra, todo lo que puede concebirse como noble y divino.

Ese bien puede ser el resumen de esta novela. Shelley quiso ir mucho más allá de una novela que aterrase a sus lectores. Quería hacernos pensar. 

La Criatura no era un monstruo. Tenía un aspecto monstruoso, pero era un ser humano: sensible, empático, caritativo, anhelante, bondadoso, emotivo, afectuoso, afable… pero la dureza del rechazo del mundo lo alteró.

¿El ser antes que el hacer? No. La Criatura no nació monstruoso sino que su circunstancia lo transformó en algo que no era. Shelley parece discutir la predestinación y ofrece la vida, el recorrido vital, como performativa del individuo.

Hay más. Está el tema de la muerte. Esta novela parte del rechazo del ser humano a la idea misma de morir. Frankenstein crea un ser a partir de restos de cadáveres y le insufla vida por galvanización. Digamos que supera la muerte. Sin embargo su Criatura, obligado a una vida de rechazos y maltrato, entiende la muerte como un alivio:

«aprendí que solo había un medio de vencer al dolor, y era la muerte»

La novela también refleja la necesidad de encajar. El ser humano es social. Necesita la comunidad para poder desarrollarse en plenitud. Frankenstein dotó de vida a su creación, le buscó afanosamente todos los órganos que pudiera necesitar. Estéticamente le quedó feo, pero funcionalmente era rápido, ágil, fuerte, resistente, inteligente… Sin embargo, estaba mutilado. Le faltaba lo más importante: pares con los que vivir, una familia, padres que le dieran una raíz. 

La edición

Es tan bonita que creo que las imágenes serán más elocuentes que yo.

Un prodigio de la literatura 

Algunos la mencionan como la obra fundacional del terror gótico y la ciencia ficción. No es poca dignidad. Por encima de eso, situaremos la inmensa calidad literaria, por lo filosófico y trascendental de su lectura profunda. Y ahora viene lo que me pasma:

Mary Shelley tenía 18 años cuando comenzó a escribir Frankenstein o el moderno Prometeo en el verano de 1816, durante su estancia en Suiza con Percy Shelley y Lord Byron, y lo completó a los 19 años, ya que la obra fue publicada en 1818 cuando tenía 20 años.

18 años. Yo a esa edad lo más complejo que hacía era tratar de aprobar el examen teórico de conducir. 

Mary Shelley fue un prodigio de la Literatura.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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