Madame de Treymes. Personaje icónico Edith Wharton

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La vida es cruel con las buenas personas. El precio de querer a otro de verdad, a veces exige perjudicarse uno mismo. Buena novela con un final que no deja indiferente.

En Madame de Treymes, una novela de Edith Wharton publicada en 1907, se narra la historia de John Durham, un caballero neoyorquino que viaja a París con la intención de casarse con su amiga de la infancia, Fanny Frisbee. Sin embargo, su amor se ve obstaculizado por un complicado obstáculo: Fanny está separada, pero no divorciada, del marqués de Malrive, un aristócrata corrupto que se niega a concederle el divorcio para evitar el escándalo social. Además, el marqués amenaza con quitarle la custodia de su hijo.  

Ante esta situación, Durham decide buscar ayuda en la enigmática Madame de Treymes, cuñada de Fanny, quien parece dispuesta a intervenir en su favor, aunque bajo sus propios términos. 

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Madame de Treymes

Portada de Madame de Treymes

Autora: Edith Wharton

Año: 1907

Editorial: Ediciones Invisibles

⭐⭐⭐⭐

Reseña de Álvaro Sánchez Oliveros

Lectura profunda 

La novela explora los conflictos entre las culturas europea y americana, así como las complejidades de las relaciones y las convenciones sociales de la época.  

Ejemplo de este tipo de novelas de contraste la tenemos en Henry James, en obras suyas como PandoraEdith Wharton, neoyorquina discípula y amiga de James, aborda también estas comparaciones que, por contraste, querían dibujar a la vez tanto una como otra sociedad. Wharton vivió en Francia, a la que incluso defendió con gran riesgo de su propia vida durante la Gran Guerra, momento en que se alistó en la Cruz Roja, y que le valió, que el gobierno francés le concediera la Legión de Honor por su abnegación en las trincheras de la contienda. “El Marne”, escrita en 1918 es una obra que refleja muy bien su experiencia en el frente. 

En todas estas novelas, vemos una sociedad americana más moderna, pragmática, simple en sus formas y boyante en su poderío económico. La europea, por el contrario, aparece más pobre, más vieja, más decadente, que vive en palacios pero cuyas paredes están ajadas como las libreas de sus criados… pero también resultan una sociedad más culta y refinada que la americana, con unos registros mucho más elaborados y unas relaciones más sofisticadas.

En una aldea global como la actual, esto ya no tiene sentido, o lo tiene todo, si lo miramos como un documento histórico además de como una novela muy bien escrita y con todo el interés literario. 

Edith Wharton, es una autora reconocida por obras como “La edad de la inocencia” (por la que ganó el Premio Pulitzer), destaca en esta obra su aguda observación de las diferencias culturales y las tensiones morales entre los distintos actores sociales.

Aquí brilla el divorcio con luz propia. La confrontación entre la mirada americana y la católica francesa al respecto es muy interesante en esta novela breve. Fijémonos en que la propia Wharton se divorció en 1913. En esta novela aborda «la repugnancia que despertaba el divorcio en el mundo católico francés» que es el objeto de conflicto en esta novela y la almendra del asunto. El estado de las cosas es el siguiente:

El divorcio era legalmente válido en la Francia de principios del siglo XX. No era un divorcio como el actual, donde basta querer divorciarse para poder hacerlo. En aquel entonces había que demandarlo, sustanciarlo y esperar que se concediera o no por parte de las autoridades judiciales. Pero moralmente, la haute société lo reprobaba. 

Este contrasentido es el motor de Wharton en esta novela. 

Personas esclavas de los prejuicios sociales. Del qué dirán. Madame de Treymes es un personaje extraordinario: amargada, utilizada… Es víctima de un amor oficial sobre el papel, pero no correspondido con los hechos. En contraste,  vemos a Durham y Fanny. Ellos no pueden poner sello oficial a su relación, pero de facto, se profesan un amor entregado, sacrificado, generoso y Durham siempre aparece dispuesto a sacrificar cualquier preferencia personal a cambio del bien de Fanny. Justo lo que Madame de Treymes no tiene en su marido. 

Madame de Treymes reseña

Madame de Treymes amarga la vida de los demás, porque la suya está amargada. Nada más. Es presa de un esquema social tóxico, hipócrita y aparente. Francia. Durham personifica a los Estados Unidos, un país joven, nuevo, con nuevos puntos de vista y con un pragmatismo tal que, por encima de las apariencias, pesa la autenticidad. 

De Durham, —tal vez para anotar que en este mundo hipócrita, jugar la carta de la honradez tiene un precio elevado—, dirá Treymes:

¡Ah, pobrecillo, es usted bueno!

Excelente obra —menor— de una autora brillante. Una vez más, la colección Pequeños Placeres de Ediciones Invisibles me deja con muy buen sabor.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

Esta entrada tiene un comentario

  1. LectoraEmpedernida

    Wharton no suele decepcionar. Además, considero que se mueve muy bien en las historias cortas como esta. La leí hace unos años y me gustó mucho, especialmente el final (suelen gustarme mucho los finales de esta autora, no por agradables sino por el nivel de impacto que me dejan). Ese contraste entre América/Europa, como señalas, es siempre interesante de leer en sus obras…
    La edición de Ediciones Invisibles, como siempre, toda una delicia.
    Un abrazo.

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