Reseña de Lluvia William Somerset Maugham

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Lluvia, de William Somerset Maugham. Publicada en 1921. Esta es una edición de febrero de 2025 de 95 páginas que forma parte de la Colección Pequeños Placeres de la editorial Ediciones Invisibles

Dijo Nietzsche:  “Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti”.

Esta novela plantea un conflicto moral. El puritano contra la conducta moral totalmente opuesta

Quien exige en los demás una moral santa, debe serlo. No es posible exigir a los demás la divinidad que a nosotros mismos nos impide la propia naturaleza humana que censuramos en el otro. 

Una joya de relato largo o novela brevísima que paso a recomendarte. 

De qué va

Los Davidson y los Macphail se quedan varados en una isla llamada Pago-Pago porque sospechan que hay gripe en el barco en el que iban. Se hospedan en la única pensión del lugar, donde también se queda Sadie Thompson, una mujer que viaja sola y que llama la atención de los Davidson, un matrimonio de misioneros. Para ellos, Sadie no sigue las reglas de moralidad que tanto les cuesta enseñar a los nativos. El señor Davidson se obsesiona con «salvar» a Sadie, viéndola como una pecadora que necesita ser guiada. Esto genera un choque entre dos mundos totalmente distintos, llevando a un final que nadie se espera.

Estilo consagrado a la causa 

Una pieza breve de menos de cien páginas. Uno de los escritores más exitosos y talentosos del primer tercio del siglo XX. Una escritura sin florituras. Uso sencillo de la narrativa, efectivo. Quiere contarnos una historia y quiere que nos llegue con la máxima eficacia. 

Sin giros. Sin pleonasmos ni tautologías. Sin artificios. Está seguro de que tiene una buena historia y además, tiene el talento para meter, socapa, un trasfondo de reflexión que puede leerse cien años después y apelar al lector tan directamente como en 1921. 

La estructura narrativa es coherente con el mismo propósito. Línea temporal clásica: planteamiento, nudo y desenlace. No quiere hacernos saltos temporales, ni analepsis, ni meternos en una película de Tarantino. Somerset Maugham se daba a la trama y confiaba en su poder. 

El resultado: es una pieza tan eficaz, tan rápida, con tensión narrativa y conflicto, que parece que la hubieran escrito el mes pasado. Pero tiene mucho más fondo reflexivo del que le ponen a las novelas actuales. Lo que pasa es que la carga filosófica que lleva en profundidad, no exige una lectura densa y pesada a cambio. Esto es una obra verdaderamente excelente.

Simbología y significado de esta joya

Es una obra muy filosófica. Tenemos un personaje, Thompson, que es una mujer de vida disipada, un alma descarriada: una prostituta. Se la hace coincidir, en un espacio limitado, con un hombre religioso de moral fundamentalista. El conflicto está servido. Es casi un diálogo platónico. Un cruce de vidas opuestas.

El concepto de moral está muy presente en el relato. La hermenéutica del texto es evidente para cualquier lector medianamente formado. Hay un personaje que tiene un concepto moral y trata de imponérselo a otro, cuya circunstancia y libre albedrío le sugiere otra moral, incluso una distraída. 

Reseña de Lluvia William Somerset Maugham

Y aparece el fundamentalismo. Davidson, el misionero, es incapaz de mirar más allá de sus límites morales. Solo puede leer la realidad a través de ese prisma moral. Ve el acto aislado, abstracto, desligado de todo contexto humano, pero es incapaz de ver a la persona. Es uno de esos fundamentalistas que hacen fundamento de las citas que quieren, pero ciegan otras que tal vez no refuerzan sus propias opiniones. Davidson —a Dios rogando y con el mazo dando— olvida postulados esenciales de su propio credo:

«Id, pues, y aprended lo que significa: ‘Misericordia quiero y no sacrificio’; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.»

Y analizando la moral, se analiza también la doble moral. Quien exige una moral intachable en los demás, queda obligado a soportar sobre sus hombros sus propios estándares morales. Y ahí entra la cita de Nietzsche. Si te vas a acercar a los pecados del otro —aun para censurarlos—, cuidado, no sea que los reconozcas en ti mismo.

Simbología

Lluvia: obstáculo que no nos deja ver con claridad la otra orilla. Un espejo deformante que oculta la realidad y le da una apariencia distinta a la que tiene a la claridad del sol.

La moral tiene que ser una guía para vivir mejor. Una herramienta para discernir el bien del mal. En beneficio propio, no para castigo del otro. Y sobre todo: el sentido moral de nuestra propia vida, exige coherencia. Cualquier soflama moralista estará reducida por la debilidad de nuestros actos. Nuestra capacidad de imponer un sentido moral a otro, nunca puede ser más fuerte que la de imponérnosla a nosotros mismos. Circunspección, prudencia… es el mejor consejo para dar precisamente a quien gusta de darlos.

Repito: una obra literaria magnífica. Los genios de la literatura dejaron piezas cortas que merecen estar en los anales de la literatura antes que muchas obras monumentales. El genio necesita poco espacio para comprimir mucho talento. En eso lo reconocerás. 

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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