Una boda en Lyon es un relato muy corto y famoso de Stefan Zweig. Se enmarca en el contexto de la batalla de Lyon, en plena contienda civil entre los revolucionarios de Robespierre y los realistas, partidarios del antiguo régimen. La acción se sitúa en un calabozo en el que cuarenta y cinco personas del bando realista esperan a ser ejecutados al día siguiente. Allí una joven reconoce a su novio y se unirán en matrimonio apenas unas horas antes de ser ajusticiados.
De nuevo Zweig nos sitúa ante un capítulo negro de la Europa moderna. Como en muchos de sus trabajos, pone el foco en lo mejor del ser humano, que es capaz de aflorar en medio del horror. Poco texto, poquísimo tiempo de lectura y mucho para el recuerdo. Zweig.

Otros relatos contenidos en este libro
La caminata
El día de la ejecución de Cristo —el Viernes Santo de autos—, un hombre anónimo, es iluminado y emprende una caminata para ver al Redentor. Cuando llega, encuentra ya un caos.
Como en Una boda en Lyon, nos encontramos una ejecución con motivación ideológica. Un tema que preocupa a Zweig, que encuentra numerosos ejemplos en la Historia, y que gusta de contarla tras la mirada de personas anónimas, quizás buscando la identificación con ellas.
Un ser humano inolvidable
Anton. El ser humano inolvidable de Zweig es Anton. Un anacoreta, un manitas, un hombre servicial. Zweig nos hace un retrato de la vida sencilla, el poder de la frugalidad y la libertad de vivir fuera de la rueda del dinero.
Es más rico el que menos necesita. Eso es este relato.
Dos solitarios
Para mí, el más flojito de los cuatro. Lo menos dotado de cuanto he leído de Zweig. Claro, todos los autores siguen un proceso de maduración que eleva el nivel de unas obras sobre otras.
En esta, dos marginados de la sociedad, por culpa de un físico que no brilla en un mundo donde la apariencia lo es todo, se encuentran en la desnudez de su alma, más atractiva que la de su piel.

Una boda en Lyon y otros relatos

Autor: Stefan Zweig
Año: 1927 (publicación original)
Editorial: Acantilado (edición actual)
Hilo conductor
No me gusta forzar la existencia de un hilo conductor en las compilaciones de relatos. A veces lo hay, a veces no.
En este caso, el hilo conductor, el elemento común, es el estilo sencillo y de estética muy cuidada de Zweig. Ir a la belleza expresiva, no desde el giro y voluta alambicada, sino desde la simpleza narrativa.
Podría decirse que los personajes protagonistas, están todos en el lado no esperado de la historia. Los amantes en medio del caos y el terror jacobino. El peregrino a ninguna parte, buscando un mesías que ya está crucificado y encontrando en su lugar a un Judas desencajado. El anacoreta que en medio de la sociedad del tener, nada quiere para sí. Los solitarios feos que encuentran el amor justo cuando ya no lo están buscando.
Mirar la realidad desde otro ángulo. Uno sensible, esperanzado y humano. También relatos preñados de idealismo. La gran Historia entroniza los hechos y diluye a las personas cotidianas, vulgares y pedestres. Esos son los héroes para este autor y nadie les dio vida como él.
De Zweig me encanta su sencillez. La claridad, la transparencia. No es falta de sofisticación, nada que ver. Es una capacidad sobresaliente para contar lo que ha venido a contar, con belleza, pero sin confundir esa estética expresiva con lo abigarrado, lo difícil. Literatura de altura para todos.
De mis autores preferidos.