La casa del exorcista, de Nick Roberts. El mal no es solo caos

La casa del exorcista de Nick Roberts
0
(0)

La casa del exorcista de Nick Roberts es un haunted house. Una novela de casas encantadas.

Daniel y Nora forman un matrimonio. Tienen dos hijas: Alice y una gestante dentro de la avanzada barriga de Nora. Daniel ha metido a la familia en un embolado: comprar una granja en Virginia Occidental para mover a la familia allí, desde el sur de Ohio. Pronto abrirá en la zona una fábrica nueva que atraerá a miles de personas nuevas en la zona que dispararán el precio de la vivienda, momento que espera para vender. Si Odiseo vivió su venturosa aventura de regreso a Ítaca por participar en la guerra de Troya, Daniel vivirá su odisea por un sueño de plusvalía.

El matrimonio no marcha demasiado bien. Se desliza que Nora es infiel con Steve, el Jefe de Estudios del colegio donde trabaja.

La granja de Virginia Occidental pertenecía a Merle. El tal Merle era el exorcista (freelance) de esos pagos. En el primer capítulo, Merle muere en esa granja, a manos de una presencia demoníaca. Esa propiedad endemoniada es el nuevo pelotazo inmobiliario de Daniel. 

¿Qué pasó allí? ¿Qué presencia ha ocupado ese lugar? El lector recorrerá la historia en el presente narrativo y el pasado —lo que sucedió a Merle— para quedar enterado de la trama de una manera completa.

Logo Porque Leer

La casa del exorcista

Portada de La casa del exorcista

Autor: Nick Roberts

Título original: The Exorcist’s house (2022)

Traducción: Francisco Jota-Pérez

Editorial: Dilatando Mentes Editorial

Año de publicación: Junio 2025

Páginas: 319

⭐⭐

Reseña de Álvaro Sánchez

Estilo Nick Roberts 

El autor tiene algunos rasgos estilísticos que agradan:

  • Sabe mostrar y no contar. Es decir, no te mastica los detalles de la trama, sino que te los sugiere… Al lector le toca recoger las migas de pan y seguir el rastro para hacerse con todo el relato. Por ejemplo, la infidelidad de Nora se desliza con sutilezas… e incluso llegas a pensar que su embarazo… Roberts no te aclara nada, te lo cuela bajo el texto. Muy bien.
  • Genera atmósfera. Al no ser el tema una gran novedad, se juega la narración en su capacidad para desasosegar al lector por inmersión. Lo logra. 

En cuanto bajó las chirriantes escaleras y giró hacia la cocina, se encontró mirando de frente a la puerta abierta del sótano. La había cerrado solo una horas antes. Estaba convencido de haberlo hecho.

No es extraño cruzarse con algún guiño a El exorcista de William Peter Blatty, aparecida en 1971. Su popularidad fue tal que es imposible escribir una novela sobre exorcismos que no sea deudora de aquella. Nick Roberts le rinde algunos tributos. Por ejemplo, el exorcista de esta novela se llama Merle Blatty. 

También aparece una referencia: la primera casa en que Merle ejerce como exorcista no oficial está en Sycamore Lane. Me evoca el recuerdo de Sycamore House de Asa Swift, The Last House on Sycamore Street de Paige Roberts; Sycamore Street Mysteries de Willow Night… y por supuesto la Sycamore Street de Cuento de Hadas de Stephen King. También John Grisham —ya fuera del ámbito del terror— tiene una novela llamada Sycamore Row

Los sicomoros o sicómoros son un clásico del género de terror. No en vano, en su madera de propiedades casi incorruptibles, los antiguos egipcios enterraban a las momias. De ahí la intención de no dejar pasar por alto esa referencia sutil en esta novela. Punto a favor de Nick Roberts.

Para cerrar esta reseña dejo un breve apunte. Dijo Baudelaire: 

“La más hermosa de las jugadas del Diablo es persuadirte de que no existe”

En eso se prodiga mucho esta novela. El diablo se manifiesta en alucinaciones y manifestaciones de orden psíquico, no solo físico. Esto da una nueva dimensión al poseído, en comparación con otras novelas. Otro elemento para considerar y leer la novela.

La casa del exorcista de Nick Roberts

Traducción

La traducción no me ha gustado mucho. El volcado al español no me acaba de convencer. Por ejemplo, en un momento en que cuentan que la enigmática puerta del sótano aparece inexplicablemente abierta, se lee:

«La oscura obertura atrapó su atención.»

Creo que la negra apertura era mejor opción. Ahorra la rima cacofónica, y utiliza un término más exacto que el de obertura, que pese a querer concederle su valía literaria, ahí no acaba de encajar. 

Por ejemplo, utiliza el verbo desempacar por desempaquetar. Son sinónimos, pero en realidad existen matices de uso. De nuevo, se entiende el sensum de sensu, pero se puede afinar más el verbum pro verbo, es decir, la elección del término. 

No impide disfrutar de la novela. Sin embargo, yo creo que el ajuste —más allá de la mera traducción terminológica— al español no está demasiado apurada. 

Dilatando Mentes. Mucho más que un buen catálogo de terror.

Lo que sí hace más difícil la lectura es la cantidad de erratas no corregidas que tiene esta edición. Yo he encontrado 22, de diversa consideración. Entre ellas, algunas como llamar David a Daniel, el protagonista en más de una ocasión, discordancias de número, etc. Seguramente esto se pulirá en siguientes ediciones, pero en rigor debe apuntarse para bien del lector que deposita su confianza en esta reseña.

Al cierre de esta reseña, debo decir que he hecho llegar mis apuntes a la Editorial Dilatando Mentes que los ha recibido de muy buen tono y de manera asertiva los revisará para la siguiente edición. Abundan personas diciendo por redes sociales que quienes reseñamos no decimos nada negativo a las editoriales para no disgustarlas. Abundan también quienes dicen que las editoriales, cuando no les doran la píldora, se enojan con el reseñador. Dilatando Mentes es muestra de la máxima profesionalidad y del mejor trato humano y la pongo como ejemplo que silencia las críticas injustas que se hacen al mundo editorial por parte de personas que hablan desde la suposición.

Reflexión de fondo. Lo más interesante de la obra. Por qué leer esta novela.

La novela reflexiona acerca del mal personificado. El diablo es eso. Esta novela nos hace pensar acerca de la naturaleza del mal. ¿Cuál es? En uno de los ‘cara a cara’ de los personajes con el demonio, para regatear su propio miedo, uno de los personajes, Nora, se dice a sí misma:

«El mal es solo caos».

Se engaña a sí misma, por lo que sucede a continuación. Entonces, ¿cuál es la tesis del libro? Que el mal no es azaroso desorden, sino una entidad deliberada.

La afirmación «El mal es solo caos» sugiere que el mal no es una entidad con propósito o intención, sino más bien un estado de desorden y falta de estructura. Justo a continuación de esa afirmación, la narración destroza toda posibilidad de que el mal sea un infortunio, desorden o caos. Por tanto, el autor afirma lo contrario: el mal es algo con voluntad propia. Claro, es el autor de una novela sobre el demonio. Debe defender la personificación del mal.

A continuación, —para situar mi interpretación de la novela—, planteo algunas posibles interpretaciones y objeciones lógicas y filosóficas a este debate sobre la naturaleza o no del mal:

Interpretaciones:

1. Perspectiva nihilista: Desde una perspectiva nihilista, el mal no tiene un propósito o significado inherente. El caos y el desorden son simplemente la ausencia de orden y estructura.

2. Visión naturalista: Desde una visión naturalista, el mal puede ser visto como el resultado de procesos naturales y aleatorios, como la evolución o la física. En este sentido, el mal no es más que un subproducto del caos y la complejidad del universo.

Objeciones lógicas y filosóficas a la visión nihilista y la naturalista:

1. La naturaleza intencional del mal: Muchas teorías filosóficas y religiosas sostienen que el mal es una entidad con propósito e intención. Por ejemplo, en la teología cristiana, el mal es visto como el resultado de la rebelión de Satanás contra Dios. En este sentido, el mal no es solo caos, sino que tiene una dirección y un propósito claro.

2. La existencia de patrones y estructuras en el mal: Aunque el mal puede parecer caótico y desordenado a primera vista, muchos filósofos y científicos han identificado patrones y estructuras en el comportamiento humano y en los sistemas naturales que pueden ser considerados «malos». El mal se puede sistematizar, lo cual choca frontalmente con la idea de que es sólo caos. Por ejemplo, la corrupción y el nepotismo pueden desembocar en redes de influencia o favoritismo que perpetúen y sistematicen ese delito. 

3. La responsabilidad moral y la agencia: Si el mal es solo caos, ¿cómo podemos atribuir responsabilidad moral a los individuos o a las entidades que cometen actos malos? La idea de que el mal es solo caos parece implicar que los individuos no tienen control sobre sus acciones y que, por lo tanto, no pueden ser considerados moralmente responsables. Sin embargo, esta visión es incompatible con nuestra intuición moral y con muchas teorías filosóficas que sostienen que los individuos tienen agencia y libertad para elegir entre el bien y el mal.

4. La relación entre el mal y el bien: Si el mal es solo caos, ¿cómo se relaciona con el bien? ¿Es el bien simplemente la ausencia de caos o hay algo más en juego? La relación entre el mal y el bien es compleja y ha sido objeto de debate filosófico durante siglos. Sin embargo, la idea de que el mal es solo caos parece simplificar demasiado esta relación y no tener en cuenta la complejidad y la riqueza de la experiencia humana.

«El mal es solo caos», es una visión simplista y problemática que no tiene en cuenta la complejidad y la riqueza de la experiencia humana. 

Aunque puede haber algunos aspectos de verdad en esta visión, es importante considerar las objeciones lógicas y filosóficas que se presentan para obtener una comprensión más profunda y matizada de la naturaleza del mal.

Eso es lo que tal vez nos quiere decir Nick Roberts: que el demonio podemos ser nosotros mismos, pues tenemos la libertad de actuar bien o mal, encarnando una cosa u otra, pero nunca de manera azarosa sino imputable a nuestra voluntad. 

Tal vez por eso dijo Sartre que: “El infierno son los otros.” 

Buena novela, no magistral, pero sí buena, en una edición que se tendrá que mejorar en su corrección, cosa que ya se está haciendo.

  • La casa del exorcista 
  • Nick Roberts
  • The Exorcist’s house 2022
  • Dilatando Mentes Editorial (junio 2025)
  • 319 páginas 
  • Traducción de Francisco Jota-Pérez 

Valora este libro

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Ya que has encontrado útil este contenido...

¡Sígueme en los medios sociales!

¡Siento que este libro no te parezca interesante!

¡Déjame saber qué libros son tus preferidos!

Cuéntame, ¿qué es lo que no te gusta de este libro?

¿Te gusta leer?

Recibe mis reseñas en tu correo

¡Sin spam! No te mando nada más que reseñas

Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

Deja una respuesta

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:NOVEDADES LITERARIAS / TERROR
  • Comentarios de la entrada:Sin comentarios
  • Última modificación de la entrada:septiembre 1, 2025
  • Tiempo de lectura:9 minutos de lectura