Ya no quedan junglas adonde regresar. No se necesita mucho para leer esta novela. Apenas das la vuelta al libro y lees:
Una de las mejores novelas negras que he leído en los últimos tiempos. Impresionante
Y entonces te fijas en que dicha valoración es de Luis Alberto de Cuenca, ya poco más se necesita contar para que el lector asuma que merece la pena sumergirse en esta lectura.
Ediciones B también ha publicado el libro, y en su página de la novela hace esta recopilación que me permito compartir aquí, previa atribución a ellos:
- «Prodigioso».
Juan Gómez-Jurado - «Vale mucho la pena leer a Carlos Augusto Casas».
Carlos Zanón, director de BCNegra - «Una novela negra y social que se lee como un thriller de salón».
Juan Carlos Galindo, El País - «Tiene esa magia tan única que solo poseen los grandes autores».
Claudio Cerdán, escritor - «Una de las mejores novelas negras que he leído en los últimos tiempos. Impresionante».
Luis Alberto de Cuenca, escritor - «El lector se olvida de comer, cenar y arropar a la parienta, o pariente, hasta que, babeante, llega al final».
Julián Ibáñez, escritor - «Un clásico moderno».
Sergio Vera, director del Festival Internacional de Novela Negra Las Casas Ahorcadas - «Vuelve a colocarse en la cúspide del género negro».
Daniel Fopiani, escritor - «La voz de Carlos Augusto ya no es un soplo de aire fresco, es un vendaval».
David Orange, escritor

Ya no quedan junglas adonde regresar

Autor: Carlos Augusto Casas
Año: 2017
Editorial: MAR editores
De qué trata

La historia se centra en Teo, un hombre viudo de 72 años apodado «El Gentleman» y su relación con Olga, una joven prostituta de la calle Montera.
Lo que empieza como encuentros semanales, cada jueves, se transforma en algo más profundo que los convierte en otras personas. De hecho, los encuentros entre Teo y Olga no son de cariz sexual, sino que van a comer, hablan… Esto es muy importante, durante una hora cada jueves, Teo deja de lado su soledad y su decaimiento físico y Olga, deja de ser una mujer tratada como un pedazo de carne y empieza a ser escuchada. Aunque sea una ficción.
«solo podía llamar vida a la hora que pasaba cada semana con Olga»
La tragedia golpea cuando Olga es brutalmente asesinada. Cuatro abogados son los principales sospechosos, pero es «El Gentleman», un hombre ya desposeído de todo y sin nada que perder, decide tomar la justicia por su mano y vengar la muerte de Olga.
«Y en su interior gritó que no. Que la vida ya le había robado todo, sus sueños, sus amigos, su familia, su amor, quien fue y quien pudo ser. Y que esta vez no. No le iba a quitar también los jueves. No lo consentiría. Los jueves eran lo único que le quedaba.»
Un protagonista que representa esa edad en que ya todo ha pasado y la vida ya nos va desposeyendo de todo. Jubilación, canas, arrugas, memoria defectuosa, reflejos…
«Lo peor de envejecer es volverse inofensivo»
Perder a la chica es lo que subleva al protagonista.
Se declara en rebeldía ante la vida misma.
Y comienza la secuencia de su venganza, que parece una empresa imposible: un viejo despechado contra una organización criminal. ¿Cómo irá la cosa?
Hay que leerlo para saberlo.
Mirada al fondo
O se mira al fondo, y se encuentra un mensaje, o no estamos ante una novela negra. Acaso un thriller o una policial. Pero si queremos darle la etiqueta de novela negra, tiene que haber crítica social.
Y la hay.
«Las leyes son para los pobres»
Esta frase, puesta en boca de uno de los malos de la trama, resume muy bien esta novela. En el mundo hay gentes desgraciadas, verbigracia las prostitutas, y gente que tiene mucho dinero y entonces puede hacer con ellas lo que les dé la gana. Las leyes, —quienes las deben hacer valer son sobornables— pueden hacerse las distraídas cuando el criminal tiene una cuenta corriente que justifica todos sus desmanes.
Ópera Prima
Es una novela de debut. Carlos Augusto Casas es un autor que domina la novela negra con solvencia, pero una novela de debut. Aun así, tiene cosas muy buenas, pero yo destacaría dos fundamentalmente: los personajes no encajan fácilmente en un arquetipo muy gastado ya, y en segundo lugar, alabo que no hay discurso maniqueo y facilón sobre el bien y el mal.
Es verdad que la edición tiene bastantes erratas, esperemos que la de Ediciones B esté más pulida, y que tiene un final genial, pero que a algunos les puede dejar fríos. Sin embargo, y a pesar de todo, recomiendo sin dudar esta novela a los amantes de la novela policíaca y novela negra y mucho más al autor, a quien ya comentamos en su última novela, Amoniaco.