La prima Phillis

la prima gaskell ediciones invisibles

La prima Phillis
Elisabeth Gaskell
1864
Ediciones invisibles
Colección pequeños placeres
232 páginas

Esta es la última novela de Elisabeth Gaskell. Murió solo un año después de haberla publicado. Una obra ya de gran madurez donde la autora despliega un estilo muy consolidado ya y donde también tiene una idea muy clara de a dónde quiere llevar la historia, en un contraste muy marcado entre la Inglaterra victoriana y urbanita y el reducto rural de buenas maneras y modales más clásicos.

Pero esta novelita es muchísimo más. Que no te engañe su brevedad. Tiene una carga de fondo, de análisis y de reflexión de la conducta humana, que se salta los 150 años de su publicación y nos alimenta profundamente, nos enseña y nos hace pensar. Esto es lo que nos hace ver que estamos ante un verdadero clásico de la literatura. Superior a su propio tiempo.

¿De qué trata?

Paul Manning y su prima lejana Phillis. Estos dos personajes sostienen esta historia. Paul es un muchacho de Birmingham, por tanto, de la ciudad. Su padre es un augusto inventor y él es un adjunto de otro ingeniero de fuste, Holdsworth, a quien acompaña en una comisión técnica encargada de llevar el ferrocarril hasta una aldea: Eltham.

Allí viven los Holman, parientes retirados de su madre. Una prima casada con un pastor protestante y su hija Phillis. La chica es un dechado de virtudes: guapa y muy inteligente. Lleva una vida de costumbres más conservadoras y propias de su entorno. En todo lo demás aventaja a Paul, que cae encaprichado de ella casi al instante.

Pero Phillis es inasequible a sus torpes tentativas. Paul, juicioso, decide aprender a verla de otra manera: amiga, hermana. Pierde el interés en ser algo más para ella y se abre así a la posibilidad de disfrutar de su compañía sin pretensiones románticas.

El padre de Paul, conocerá a la chica. Inmediatamente, la quiere como nuera. Le causa una inmejorable impresión y un no menos favorable interés pecuniario.

La relación con la familia de Phillis se va cimentando. Paul pasa a ser un habitual en los fines de semana de Hope Farm (la granja donde vive Phillis). Holdsworth le acompañará en una de sus visitas causando, como es proporcional a su talento y galantería, una inmejorable opinión en los parientes aldeanos.

Con causa en sus quehaceres, Holdsworth contraerá una enfermedad. La merma de sus facultades es notoria y los Holman ofrecen acogerlo en su granja hasta que se recupere.

Este es un punto de inflexión en la novela. Sucede en la segunda parte de la misma, que termina con estas palabras:

«¡Hace muchos años que no te veo, Edward Holdsworth, pero eras un tipo formidable! Sí, y una buena persona, a pesar de todo el dolor que llegaste a causar.»

Esta frase adorna la contraportada de esta edición:

«Hay que ir con mucho cuidado con los seductores. A algunos les sale con tanta facilidad e inocencia como a las palomas arrullar.»

Queda suficientemente presentada la trama. Toca al lector averiguar qué pasará con Paul, Phillis, Holdsworth y los personajes de Hope Farm. Una trama sencilla, sin grandes tensiones pero capaz de interesar al lector que siente intriga por saber qué sucedió.

Estilo
Novela de prosa más lírica de lo que hoy acostumbramos. A pesar de ello y a pesar también de la distancia temporal con el contexto de la novela, esta novelita se lee con bastante facilidad y no menos interés.

Es una novela que se lee con mucha facilidad. Si te dan miedo los clásicos por lo abstrusos que pueden ser, la lejanía de los temas, estilos… con este libro no vas a tener ninguna dificultad para disfrutar de una excelente escritora.

Trasfondo

Es una novela muy hija de su tiempo. Gaskell, que no debía ser una mujer nada convencional a los cánones de su época —escritora en un tiempo en que era muy difícil publicar para una mujer—, expone algunos de los rasgos de su sociedad, quizás para denunciarlos con su señalamiento. Por ejemplo, dirá:

«Es muy lista; razona más como un hombre que como una mujer…»

Una frase totalmente natural a ese momento de la historia. Quizás Gaskell, creando un personaje femenino, fuerte, más alta que el varón protagonista, de carácter más decidido, de intelectualidad más dotada, etc. estaba vindicando una mujer de nuevo cuño, la que había de venir.

Es una novela corta que retrata una sociedad: la Inglaterra victoriana. Su principal interés es contar una historia sentimental, claro está, pero eso no le impide documentar perfectamente la tramoya en que se mueven los personajes: la sociedad.

¿Y qué sociedad es esa que vemos al fondo? Pues una sociedad urbanita subida a lomos de un desarrollo técnico acelerado, en contraste con una sociedad rural cuyos usos y costumbres no han avanzado a la misma velocidad que los adelantos de la época.

El gran tema de fondo

¿Somos responsables de la impresión que causamos en los demás o lo son ellos desde la libertad de la imagen que se forman en su mente?

¿Dependerá eso de la intención con que nos presentamos ante el otro?

¿Es quien seduce responsable de que la otra persona se psicológicamente tendente a la dependencia y por tanto a la idealización?

En el juego de las relaciones sociales entablamos contacto continuamente. Siendo siempre la misma persona, en unos y otros causamos impactos totalmente diferentes: a unos seduce y otros produce rechazo.

¿Es cada una de esta reacciones ajena a nosotros por ser autónoma o deberíamos sentirnos responsables?

¿Puede alguien psicológicamente dependiente crearnos una deuda moral porque idealizó unas expectativas irreales? ¿No sería eso una relación tóxica?

Otra cosa es que tú hayas provocado intencionadamente esas expectativas…

De eso va este libro. Esta es la reflexión que no propone. La prima Phillis, una niña inocente, guapa e inteligente, noble… también es una persona pasivo agresiva y tóxica. Creo que es un personaje de una complejidad notable y que está muy bien cosido. Una novelista de campanillas en su máximo auge de madurez compositiva. Una novela clásica no tan conocida pero, desde luego, para tener muy en cuenta.

¿Y de dónde viene esa personalidad tóxica de Phillis? ¿Es espontánea o trae causa en algún elemento de su crianza? Pues sí, probablemente lo ha heredado —o peor, aprendido— de la toxicidad de unos padres que han creado para ella una jaula de felicidad, prosperidad, armonía, cariño y amor idolátrico, pero una jaula al fin y al cabo. Padre incapaces de ver que “la niña” ya no es tal cosa, sino mujer. Que los hijos se nos prestan, no se nos dan.

Esa obsesión de tomar al otro por posesión. El gran tema del libro. Phillis se duele porque tomaba a otro por algo propio; cuando ella misma es objeto de esa misma posesión de otros, sus padres. Amar a los hijos en libertad para que sean personas que amen así a los demás: en libertad.

Buenísima esta novela.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

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