De viaje. Los cuadernos, diarios y cartas de viaje de Virginia Woolf en español.

De viaje Virginia Woolf
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De viaje. Virginia Woolf. Editado por Nørdica Libros. Extensión: 295 páginas. Preparen el paladar. Tomen un sorbito de limón para dejarlo prístino. Nórdica Libros nos trae, de la mano de la traductora Patricia Díaz Pereda, el título “De viaje” nada menos que de Virginia Woolf. Esta edición también se puede adquirir por Amazon.

Te pongo en antecedentes: hay material inédito en Español. La voz de Virginia Woolf, sin filtros, directamente traída de sus diarios, cartas y recortes mientras viajaba. Sus anotaciones. Fragmentos de su genio literario, cosidos con muy buen criterio para confeccionar un libro digno de la mejor biblioteca.

La edición es excelente. Nórdica sabe lo que está barajando. La portada ya es magnífica. Tras ella, unas guardas preciosas —color morado— te dan la bienvenida. Vas a entrar al mundo de Virginia Woolf para recorrer el mundo (el de su época) con ella. A pelo. Directamente de sus notas. Es como si comentaras la jugada con el genio.

Me dice la traductora:

«Todas las cartas que incluyo están inéditas en español. También parte de los diarios de juventud (antes de casarse) que solo se han traducido parcialmente»

He tenido oportunidad de entrevistar a la editora y traductora:

¿Qué ha sido lo más difícil de ordenar tanto material para obtener un todo con sentido? ¿Has descartado material o has incluido todo lo que has tenido?

«No me ha resultado difícil porque vi enseguida que tenía que llevar un orden cronológico y una separación relevante: soltera/casada.

He descartado casi todo lo que no tuviera que ver con el viaje y que ella escribía, al estar de viaje, en su diario y cartas, porque es un libro de viajes y porque, en las cartas, aparecen comentarios sobre amigos y conocidos que hubieran aburrido al lector y que se salen del género»


Esto es un regalo. De la traductora y de la editorial. No hay mucho material epistolar o no literario traducido de Woolf al español. Virginia no es para todos. En España se tiene una idea muy pobre de ella. Es apenas un personaje interpretado por Nicole Kidman. Vale, es una exageración, pero no creo que mucha gente haya leído a Virginia Woolf, o si lo hacen, no les apetece mucho hablar de ello.

Lo primero que encuentras es un prólogo: Antes del viaje. Lo cito porque pertenece a la traductora y editora de este libro. No te lo saltes. Entiendo que la impaciencia por leer a Virginia Woolf en estado puro está ahí, pero lee a Patricia Díaz porque te va a poner en buenos antecedentes de cómo ha concebido el libro, cómo lo concibió sin quererlo Virginia Woolf y qué te vas a encontrar. Con estos apuntes breves tu aprovechamiento y disfrute del texto será completo.

Cuenta Díaz Pereda en el prólogo cosas como:

«Virginia Woolf nunca fue una escritora de viajes, fue una escritora a quien le gustaba viajar y disfrutaba con ello (…) Cuando estaba de viaje escribía su diario y también cartas a su hermana y amigos (…) interrumpe sus descripciones porque le parece que pueden resultar aburridas y no quiere convertirse en una pesada, como lo son tantos turistas que cuentan sus experiencias con prolijidad y cansan a propios y extraños.»

Un libro a entender desde lo que no es. No es el “Viaje a la Alcarria” según Virginia Woolf. Tampoco es una Lonely Planet “Europa con Virginia“. Es Virginia Woolf viajando contigo ciento veinte años después de ser tomadas estas anotaciones.

Entendido como tal, lánzate a disfrutar.

Díaz Pereda ha estructurado muy bien el libro. Una primera parte para acompañar los viajes de Virginia Stephen. Una segunda, con Virginia Woolf.

Es decir: soltera y casada. Este abanico temporal tan amplio, nos permite ver la evolución de la autora, aquí personaje también, y experimentar su arco de pensamiento, desde posiciones más inmóviles, de clase, de nación, de cultura, etc. hasta otras mucho más capaces, no ya de tolerar la diferencia, sino de disfrutar zambulléndose en ella.

Pronto percibes esos vestigios de cada Virginia. Al principio es muy crítica con los Cockneys (prejuicios de clase), con los italianos, los españoles (prejuicios de nación). Sin embargo, no subyace un nacionalismo británico fuertemente instalado en ella. Al contrario, sabe ser muy mordaz también con su propia cultura patria.

A sus veintitrés años, es una joven difícilmente impresionable. Sevilla es juzgada muy duramente por ella en su primera visita a la ciudad. La Alhambra de Granada y los jardines del Generalife, le complacen más. Con Badajoz, es cruel. En general, tenemos que entender que es una aristócrata, —no en sentido político, sino etimológico—, o cuando menos un miembro acomodado de la entonces primera potencia mundial, —azotada en lo personal por la muerte de su padre—, viajando a países que no están en su mayor esplendor. Edad temprana y crisis personal no suelen ser atributos ligados a tolerancia y salir de sí mismo. Esto se irá atenuando en apuntes posteriores e incluso mutando en deseos de pasar más tiempo en esos lugares que en su juventud denuesta.

Como digo, su acidez nada tiene que ver con nacionalismos. Fíjense lo que dice de emblemas patrios como la catedral de Salisbury:

«(…) el barrio de la catedral es deprimente. Tanta piedra antigua bellamente colocada y adornada en todas partes con estatuas de santos y hombres famosos parece haber absorbido la vitalidad de sus humildes vecinos. Es como un gran bosque de robles; no puede crecer nada saludable a su sombra.»

Todo esto se irá modulando con años y nuevos viajes.

Existen matices delicados que dejan entrever una fina ironía. Talento que está en la autora desde bien temprano:

«La oveja sólo se convierte en un animal pintoresco cuando está recogida en rebaños y un perro y un hombre la conducen por la ladera. Entonces es pastoral e inocente en vez de simplemente estúpida.»

Y también se aprecia desde temprano su talento literario. Por ejemplo, en su comentario sobre Stonehenge:

«Una se puede imaginar por qué los druidas—o quien fuera— eligieron este sitio para su templo dedicado al Sol. Yace desnudo al sol. Es una especie de altar hecho de tierra, en el cual el mundo entero puede hacer sacrificios.»

No valen tanto los destinos, como su significación al viajero. Este convencimiento personal lo refuerzo con la lectura de este libro. Me parecen muy interesantes los episodios que aluden a Carbis Bay, lugar vacacional de la familia hasta la muerte de Julia, la madre de Virginia. Su viudo, que continuó sus viajes con los hijos, no fue capaz de reunir el valor de volver allí sin ella. Muerto también el padre, Virginia regresará con su hermano a Carbis Bay y dejará algunas de las anotaciones más intensas del libro.

El texto se lee con agilidad. Sin embargo, no se lee de corrido. Esto es, se trata de un libro ecléctico. No hay constancia en la continuidad temporal, tampoco en el lugar de viaje… Es un florilegio de apuntes y epístolas de la autora. No es un libro para beber de un trago, como una novela, sino a pequeños sorbos, tal como fue escrito, si bien esto, claro está, es una impresión personal. Tú lo leerás como te dé la gana.

La labor de Díaz Pereda es mucho más que traducir. Hay que poner en orden todo el material y darle un sentido cronológico y temático para que el conjunto funcione. Más aun si tenemos en cuenta que para la autora, Virginia Woolf, todo este material era ejercicio de dedos para soltarse como escritora, nunca concebido con intención de ser publicado. Es más, dejó dicho que tras su muerte se quemara todo.

Lo siento Virginia, pero menos mal que no te obedecieron. Me comenta Patricia Díaz Pereda que:

«El libro, que es en cuanto a género literatura de viajes y también escrituras del yo, en principio no debe leerse del tirón, como se lee una novela.»

Como decía, para mí ha sido un cúmulo de fortunas. Una de mis autoras predilectas, material inédito, literatura del yo, planteamiento y edición excelente. Pero es que, además, he podido conversar sin filtros con la persona responsable de la traducción y edición. Una suerte que tengo que agradecer.

Patricia Díaz Pereda. Estamos, seguramente, ante una de las personas que actualmente, más ha indagado la figura de Virginia Woolf y tratado de cerca sus textos. Hay pocas personalidades literarias más complejas, menos entendidas e inabarcables que la autora londinense… Te pregunto: ¿Quién es (para ti) Virginia Woolf?

«Virginia Woolf no sólo es mi escritora preferida, tengo con ella esa empatía, comprensión y complicidad que solo puedes establecer con muy pocos escritores. Muchos te gustan, te apasionan, pero no compartes con ellos esa intimidad tan especial. La considero como una de las mentes brillantes del siglo XX. Incomprendida y muchas veces malinterpretada. Como se suicidó y padeció una psicosis, los que no saben de su vida, la tienen por enferma, delicada y muy pesimista. Era una persona de gran vitalidad y energía.

Su marido y tampoco su hermana (los más importantes en su vida) no la comprendieron bien. La quisieron mucho, pero la quisieron como supieron. Y los psiquiatras la perjudicaron, si bien es cierto que poco podían hacer, más bien la perjudicaron.

Una de las incomprensiones en España es considerarla una elitista, desinteresada de la realidad social. Nada más falso».

Para mí ha sido un placer leer este libro. Al que añado el de hablar en corto con la responsable, la orfebre de esta edición.

Me encanta Virginia Woolf y adoro su literatura. La prefiero a casi todos los autores. Esto como escritora. Como personaje, me parece un genio. Cien o ciento veinte años adelantada a su tiempo. Normal que se sintiera incomprendida. Vivía en un mundo de hombres, «competía» en un mundo de caballeros, (la literatura) y era mejor que cualquiera de ellos.

Además, es un personaje marcado por el dolor. La enfermedad mental, la muerte temprana de sus seres queridos, la incomprensión de muchas facetas de su forma de ser…

«Todo lo que no es autobiografía es plagio», dejó escrito César González-Ruano. Si la autobiografía es de Virginia Woolf, parece que redobla el interés del género del yo.

Un genio. Para qué decir más.

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Alvaro

Con el tiempo y el acúmulo nuevas lecturas, se va olvidando lo que vamos leyendo. Me parece que escribir sobre ello me ayudará a recordar mejor cada pequeña o gran historia que lea. Si de paso las pongo en común contigo y te puedo animar a leer o no un libro, me parece más útil que unas notas guardadas en un cajón como un ermitaño de tinta. De qué va y qué me ha parecido, sin más vuelo ni pretensiones. No son reseñas de entendido, sino de lector a lector.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Juan Mena Pontiveros

    Como lector habitual me ha el resumen del libro de Virginia Wolf

  2. Juan Mena Pontiveros

    encantado el resumen del libro

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